Consideramos muy valioso este documento en tiempos donde la profesión se ve afectada por las premuras del productivismo, muchas veces con proyectos de producción pautados en formularios prestablecidos, sin discusión de alternativas. Con Molfino hemos compartido casi 40 años en Suelos del MGAP, un crisol de ideas y propuestas para los Recursos Naturales.
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE la AGRONOMIA, los AGRONOMOS, sus APORTES y el FUTURO
Ing. Agr. Juan Horacio Molfino
Desde su aparición sobre la Tierra, el hombre ha intervenido sobre la naturaleza, con resultados de mayor o menor éxito. A lo largo de los siglos ha buscado las
repuestas a esta pregunta: ¿Cómo cultivar la tierra para
producir alimentos y otras materias primas útiles para el ser
humano? Últimamente a esta preocupación se le han
agregado otras igualmente importantes: ¿cómo lograr ese
objetivo y al mismo tiempo hacer funcionar
agroecosistemas que atenúen los posibles daños al
medioambiente? ¿cómo gestionar los distintos sistemas
agrícolas (la mayoría de las veces realizados a cielo
abierto)?.
Una primera respuesta nos es dada por la definición de la
Agronomía: conjunto de saberes científicos y tecnológicos
necesarios para la práctica de la agricultura, es decir la
combinación del indispensable conocimiento de las
ciencias básicas y de las que a partir de ellas fueron
construyéndose a lo largo de los años: biología, botánica,
química y bioquímica, física, bioestadística, genética,
ciencias del clima, economía, informática… Donde es
aplicado, este enfoque complejo permite aumentar la
producción de modo eficiente y sustentable, garantizando
la seguridad alimentaria en el país, en la región e incluso a
nivel mundial.
En segundo lugar, es importante señalar que el campo de
trabajo en la Agronomía no abarca sólo la investigación y la
docencia sino también, y fundamentalmente, la extensión y
la asistencia técnica a los productores, grandes, medianos
y pequeños, que buscan obtener productos agrícolas,
pecuarios y/o forestales, en forma responsable en un
marco ambiental, económico y social sustentable.
Con el tiempo, hemos aprendido que todo proyecto
agronómico que implique una modificación del paisaje
natural debe apoyarse en un estudio que incluya, además
de las bases físicas del territorio (geomorfología, clima,
suelos, topografía, recursos hídricos superficiales y
subterráneos, ecología e ingeniería), los conocimientos
biológicos y el manejo de los cultivos (fertilización,
tratamiento de malezas y prevención de plagas, entre otros
factores).
LOS APORTES DESDE SUS INICIOS
Los primeros pobladores europeos de la Banda Oriental,
venidos de tierras lejanas, aportaron con ellos saberes y
prácticas ancestrales que buscaron replicar en estos
lugares con relativo éxito.
Hace más de 110 años, la creación de la Facultad de
Agronomía de la Udelar se tradujo en el surgimiento de las
primeras generaciones de ingenieros agrónomos. Es
imperioso recordar aquí el aporte de los profesores
alemanes que a comienzos del siglo XX dejaron su
impronta gracias a su tarea de docencia en la Facultad y de
investigación en el Instituto Fitotécnico de Colonia.
Los noveles ingenieros tuvieron gran incidencia en la
transmisión y en la difusión de nuevos conocimientos a los
productores y trabajadores rurales, con vistas a mejorar la
producción y el bienestar de todos los pobladores del país.
A modo de ejemplo, basta mencionar el trabajo conjunto de
los nuevos profesionales y los productores progresistas
para diseñar las subdivisiones de los campos atendiendo a
la calidad de las tierras y la ubicación de las aguadas, y su
contribución al conocimiento de la composición botánica, la
productividad de las pasturas naturales y el pastoreo
conjunto de bovinos y ovinos, sin olvidar los aportes a la
industrialización de los alimentos, área en la que varios
colegas fueron pioneros.
A partir de mediados del siglo pasado nuestro país conoció
un importante proceso de modernización de todo su
sistema agropecuario. Se introdujeron nuevas semillas para
incrementar la producción de pastos, se logró el
mejoramiento genético del ganado y se adecuó su
alimentación, se seleccionaron y se produjeron semillas
más adecuadas para la producción de trigo y otros granos,
se introdujo y se mejoró el cultivo de arroz, se intensificó la
lechería, se avanzó en citricultura, se reconvirtió la
viticultura, hizo su aparición con gran impulso la soja, se
adoptó la siembra directa para la implantación de los
cultivos, se desarrolló la silvicultura con el plan forestal, se
reglamentó la trazabilidad del ganado y se generalizó a
otros rubros, tanto en fruticultura como en horticultura se
seleccionaron y mejoraron variedades, se realizó un
manejo agronómico de las diferentes especies incluyendo
los cultivos bajo techo, el impulso a la granja en general y
se trabajó en colaboración con los laboratorios cuyo aporte
en datos analíticos se debe destacar.
Estos son sólo algunos ejemplos en los que la Agronomía
actuó racionalmente sobre el medio ambiente, y aun
cuando a veces se cometieron errores en el intento de
incrementar la productividad del campo, siempre se buscó
el bienestar de la sociedad y un aumento de la entrada de
divisas para el Uruguay. Hoy es posible constatar los
adelantos obtenidos: recorriendo el mapa del Uruguay y
comparando las actividades económicas de cada
departamento hace cincuenta años con las actuales, se
observa que los avances logrados son debidos en gran
parte al desarrollo de los diferentes rubros del agro.
DESAFÍOS DE LA AGRONOMÍA
Actualmente, a menudo no es fácil ponernos de acuerdo
cuando hablamos de Agronomía. En general se acusa a la
Agronomía de intervenir sobre ecosistemas complejos
buscando soluciones a corto plazo y perjudicando así al
ambiente, ya sea por el modo de encarar algunas
situaciones productivas, con un mal manejo de los recursos
genéticos, o por el inadecuado uso de productos químicos
(insecticidas, herbicidas o fertilizantes) o por la
sobreexplotación de los recursos naturales.
También es cierto que desde muy temprano existieron
colegas que tuvieron la visión de la importancia del cuidado
ambiental e idearon, por ejemplo, sistemas de rotación de
cultivos para diversificar la producción y mantener la
calidad del suelo a través de ensayos de larga duración
(verdaderos “laboratorios vivos”). Otro factor importante es
que surgieron políticas nacionales que favorecieron el
conocimiento de los recursos edáficos del país (plan de la
CIDE) lo que permitió hacer avances en el uso racional, el
cuidado y la conservación del suelo. Revisando los últimos
temas de investigación agropecuaria en los institutos
especializados (FAGRO, INIA) encontraremos que el
cuidado ambiental y el cambio climático constituyen una
preocupación y un desafío para producir en forma
sustentable (proyectos para analizar los efectos del
carbono (CO2) y los gases de efecto invernadero, el
manejo del agua en el suelo, el control de plagas, la
racionalización de los agroquímicos, el manejo en la
alimentación del ganado entre otros). Es un hecho
relevante la importancia que se le ha dado últimamente a la
biodiversidad del campo natural y su manejo racional como
ecosistema clave para el secuestro de C y así mitigar los
efectos del cambio climático teniendo en cuenta la
producción de pasto como eje central. Debemos resaltar
también los trabajos de investigación sobre el silvo
pastoreo, en los que participan productores.
La agricultura es una de las actividades humanas que
demanda mayor cantidad de agua debido al rol que este
elemento desempeña en los procesos fisiológicos que
tienen lugar en los vegetales. El riego es imprescindible
para el desarrollo de algunos cultivos como el arroz pero,
debido a la variabilidad pluviométrica, también es muchas
veces necesario para suplementar la falta de agua en
momento críticos de todos los cultivos. El agua permite
poder lograr rendimientos estables y aceptables e incluso
aumentar la productividad
En este tema, la Agronomía tiene la responsabilidad de
hacer estudios hidrológicos para promover el riego, así
como hacer un uso eficiente del agua a través de
tecnologías ajustadas a cada cultivo y al tipo de suelo en
que se desarrolla, favoreciendo la economía del agua en el
perfil, evitando la erosión así como la contaminación de
napas y cauces de agua, sin olvidar la importancia del
abastecimiento de agua para el bienestar animal. También
son importantes los trabajos en genética para lograr
variedades resistentes a la sequía y el estudio de los ciclos
de las especies para aminorar riesgos.
DIFERENTES "ENFOQUES" DE LA AGRONOMÍA
Hace 50 años era corriente, en los corredores y aulas de la
Facultad, oír discusiones apasionadas sobre la reforma
agraria. Hoy en día, debido a la sensibilización a nivel
mundial de cuidar los recursos naturales y luchar contra el
cambio climático, retrasándolo lo más posible, y a la vez
producir más alimentos y otros bienes primarios, surgieron
entre los diferentes actores relacionados a la Agronomía
distintas tendencias sobre cómo resolver este problema, lo
que llevó a cambiar el enfoque de las discusiones.
Como en otros temas, las posiciones suelen ser extremas
(blanco o negro) y suelen estar teñidas de filosofía y de
política. Por ejemplo, surgieron así, entre otros, los
enfoques de agro ecología y de agro negocio, que son, de
hecho, términos contrapuestos.
La agro ecología promueve la agricultura orgánica , que
debe apoyarse en bases científicas para demostrar que es
posible lograr rendimientos aceptables que permitan
generar sistemas sustentables y económicamente viables
para los productores.
El agro negocio es una forma de expresar la maximización
del uso de los recursos genéticos y de agroquímicos entre
otros, forzando el agro sistema. El término negocio es
simplificar el concepto pues en definitiva en todo proceso
agronómico debe estar en primer lugar la economía de los
mismos para que sea validado y aceptado. Dentro de este
enfoque también entra lo que en los años 1970 se
denominó la “revolución verde” en un intento de combatir el
hambre a nivel mundial.
Por supuesto que es un desafío para la Agronomía hacer
primar las bases científicas y los equilibrios ecológicos y
ambientales para llevar esos diferentes enfoques a niveles
de entendimiento razonables.
Así surge el concepto de Agronomía sustentable que
consiste en el arte de usar los conocimientos científicos
para combinar un conjunto de prácticas y tecnologías que
permitan el desarrollo de sistemas rentables con énfasis en
la innovación.
La irrupción de la Informática incidió fuertemente en la
Agronomía. Por un lado, ayudó a sistematizar la abundante
información elaborada en ensayos de campo y
relevamiento de recursos durante muchísimos años. De
esa forma fue posible generar potentes bases de datos que
permiten resolver y solucionar múltiples problemas,
ofreciendo diferentes alternativas que pueden ser
analizadas y evaluadas rápidamente.
Hoy, el uso de la bioinformática y la programación genética
permiten avances a nivel de laboratorios y en la creación
de productos comerciales; la agricultura de precisión, con el
apoyo de los sistemas de información geográficos y los
drones, han permitido a nivel de chacra, cuadros o melgas
racionalizar los recursos necesarios en la producción
aumentando la rentabilidad; el análisis de imágenes
satelitales conjuntamente con datos meteorológicos
permiten elaborar modelos con predicciones sobre plagas
o sequías, por ej. En nuestro país, un hito importante fue la
creación del GRAS en el INIA con el objetivo de
sistematizar y potenciar la información de uso agropecuario
a nivel institucional.
EL FUTURO
La misión de la Agronomía sigue siendo la producción de
alimentos y fibras animales o vegetales, así como bio
combustibles. En un país como el Uruguay, además de
abastecer el consumo alimentario de la población, tiene
como meta exportar excedentes para generar divisas.
Estas funciones deben realizarse en un marco de
racionalidad de los diferentes enfoques y áreas de acción y
resolverse en ámbitos científicos, en conjunto con los
productores.
Entre las funciones más relevantes de la Agronomía
debería estar el seguimiento de la huella de carbono en la
producción de los diferentes rubros para poder contribuir a
lograr el carbono neutro en todos los procesos y de esa
forma aportar en la mitigación del cambio climático a nivel
mundial, además de aumentar el valor de las exportaciones
del Uruguay.
Las actividades del agro emiten gases de efecto
invernadero. Es cierto. Pero lo hacen en menor grado que
otras actividades industriales y urbanas y, sobre todo,
también es cierto que los procesos del agro colaboran en
descarbonizar el planeta cuando se los aprovecha
inteligentemente. Así, el manejo correcto de los vegetales
en su fotosíntesis, el pastoreo con animales para
secuestrar carbono, la reutilización de los desechos
orgánicos y usando el suelo como sumidero natural que
acumula materia orgánica con toda su diversidad biológica,
incluyendo la riqueza de los diversos microorganismos, son
prácticas que contribuyen a mantener un equilibrio
indispensable.
Ing. Agr. Juan Horacio
Octubre 2025

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