Ir al contenido principal

DIARIO DE VIAJES AL INTERIOR-- 1974-1975-1976

Este relato de Leonel nos parece interesantísimo, porque en él conviven las inquietudes históricas y geográficas del autor, con la crónica de una las largas giras de trabajo, construyendo Mapas de Suelos a nivel país.
 Comparables a los que sin registro escrito, están en la memoria de los mapeadores.

Se van incluyendo los viajes a Cerro Largo, Durazno y Tacuarembó.


El 1ro de junio, Leonel me escribió, "ya te mandé los trabajos importantes".
El Día del Medio Ambiente, quien tanto hizo para su conservación, inició otro de sus viajes, que lo lleva a los mejores momentos de su vida y tal vez, en otra dimensión, a seguir estudiando nuestros suelos.
 No puedo olvidar nuestro inicio, trabajando juntos en la 4a de San José, cuando estaba casi todo por conocer, hace 53 años. Mahoma, Paso Panta, Coronilla.....


VIAJE POR LA 9a SECCIÓN de CERRO LARGO

Autor: Leonel Falco Frommel

                                        Base de datos: lfalco1928@yahoo.com
INTRODUCCION:
En las proximidades del arroyo Pablo Páez, se observa un obelisco conmemorativo del combate realizado el 4 de diciembre de 1816, entre las Fuerzas de Otorgues y  las portuguesas al mando de Manuel Peçanha, que culminó con la derrota de  las Fuerzas orientales. (O. Padrón Favre , com. personal)               
Con esta recordación, inicio el relato día a día de los distintos hechos que se viven cuando uno realiza un trabajo para el estudio de los suelos del Uruguay.
Este estudio se realizó para la Dirección de Suelos del Ministerio de Agricultura y Pesca
DIARIO DE VIAJE:
Lunes 16 de setiembre de 1974
Salida a las 8 a.m. el  equipo de trabajo se cargó en la camioneta Ford (Bronco) matrícula 5-027 el día anterior. Me acompaña Raúl Abadie Roge. 
              El tiempo estaba lluvioso y con mucha humedad. Viaje entretenido, con charla amena. Almuerzo en Nico Pérez.  Llegada a Cerro Chato donde cargamos nafta en los tanques complementarios en un total de 114 litros, a la zona que nos dirigimos, a la Estancia “San Juan” de Pereda en el Depto. de Cerro Largo, entre el Arroyo del Cordobés y el Río Negro,(1) para poder circular varios días tenemos que llevar combustible ya que los pueblos de Santa Clara de Olimar y Cero Chato están a 70 y 50   Kmts. respectivamente.                                                                                                                                        En Cerro Chato la Policía y el Correo, nos informaron que el Paso del Sauce estaba crecido, así que tuvimos que dar la vuelta por Santa Clara. Llegamos a lo de Pereda a las 17 y 30 donde nos recibió la Señora Elena que en ese entonces hacia 17 años que trabajaba en la estancia(2), el hijo de la casa Fernando Pereda, una persona muy amable nos hizo los honores, el capataz era Raúl Morales persona muy callada, pero toda gente buena y bien.                                                           El capataz prometió conseguirnos un peón para las Calicatas que debíamos hacer para muestrear los suelos, en los días siguientes.                                                                                            Cenamos esa noche chorizos y dulce de membrillo caseros.  
                                                           
Martes 17 de setiembre de 1974

Nos despertamos a las 6 y 30, tiempo nublado, tuvimos un descanso reparador después del cansador viaje de la víspera. Desayunamos con café negro y luego salimos rumbo a lo de Crosa en la Estancia “La Ensenada”. Pasamos por el puesto de Cristiano, para hablar con el puestero Escobillo y preguntarle sobre la posibilidad de cruzar el Arroyo Lechiguana, este nos contesto que el Paso estaba obstruido y que el puente por el Campo de Cristiano tenía un bañado muy feo, por lo tanto para ir al Establecimiento  “La Palma” tendríamos que dar la vuelta por Santa Clara de Olimar, Escobillo nos autorizó a hacer una calicata en dicho puesto. Continuamos nuestro viaje hacia la Est. “La Ensenada”, donde tuvimos que esperar al capataz que estaba recorriendo el campo, mientras recorrimos el casco, observamos que tenían mucha maquinaria a saber: un camión, una camioneta Dodge de la Guerra del año 1939, tractores, un Jeep desguazado y un Ford A semi abandonado  de los hijos de Crossa. El tubo y la manguera de cemento.                                                                                                                                                Nos atiende un viejecito que fue asistente de de Crossa padre (segundo de Aparicio Saravia), nos muestra el retrato de Crossa, al cual siempre le pone una flor blanca.                                       Retorna el capataz de su recorrida y nos autoriza a que podamos abrir las calicatas. Volvemos a la Estancia para almorzar. Conseguimos un peón al que dejamos abriendo una calicata en lo de Cristiano, luego vamos a buscar un camino que nos permita pasar la Cañada Brava, para la calicata rumbo al Paso de Villar. Charla con Sanz, ya se había corrido la voz entre los vecinos  del trabajo que estábamos haciendo, creían que trazábamos transectórias, le explicamos que sólo hacemos calicatas en lugares representativos. Regresamos a la calicata a lo de Cristiano donde el peón Acosta tenía pronta la calicata. Regresamos a la Estancia, donde nos dimos un buen baño caliente y luego cenamos con sopa, carne con papas y tallarines al “gratin” y de postre queso y dulce de membrillo casero .                                                                                         
Miércoles 18 de setiembre de 1974                                                                                                                                        
Salimos a las 8 a.m. previamente desayunamos y cargamos nafta de un tanque de 25 lts.
           El tiempo comenzó a mejorar pero persistieron algunas lloviznas. Dejamos al peón en la 1er. calicata de la estancia de Crossa y retornamos a la calicata de Escobillo, esta tenía un poco de agua, envío a Raúl en busca de un balde para poder extraerla. Describimos y muestreamos la calicata, mientras caían algunas lloviznas, luego retornamos a la Estancia a las 12 y 40 para almorzar, después volvimos a la calicata de en lo de Crossa el cual tuvimos que desagotar para poder describir, muestrear y fotografiar, después fuimos a la 2ª. calicata también en lo de Crossa,  donde dejamos al peón y luego nos dirigimos a las casas para entregar una bolsa de galletas que nos habían solicitado trajéramos del pueblo. Retornamos a la 1ª. calicata, la que nuevamente tuvimos que desagotar para describirla y muestrear, fue necesario desagotarla varias veces, mientras la describíamos, lo que nos hizo perder mucho tiempo, terminamos de muestrear con las ultimas luces del día.                                                                                              Encuentro con Fernando Crossa , este nos saluda y nos pregunta sobre la tarea que realizamos tratamos de explicarle, pero no nos puede entender la diferencia que existe entre un mapeo de reconocimiento de un mapeo a nivel predial, no puede entender que se puedan conocer los suelos con lo que según el  son pocas observaciones. Nos pareció una persona que se creía un poco dueña del mundo y muy seguro de si mismo, algo sobrador, muy típico de los fuertes hacendados. Nos despedimos y fuimos a buscar al peón Nilson  Acosta, llegamos de noche y retornamos a las casas, me di un baño de apuro pues la cena estaba casi pronta. Cenamos arroz con huevos fritos y de postre dulce de membrillo casero, no quise el arroz con leche.     Terminada la cena se inicia una partida de truco, pero como se necesitaba un 4º. compañero lo hacen jugar a Raúl, a pesar de que el les dice que no sabe Jugar. 
                                                        
Jueves 19 de setiembre de 1974

Salimos temprano, cargué nafta, puse el tanque sobre el techo de la camioneta, pero al soplar por el tubo se me derramó nafta en la cabeza y tuve que lavarme precipitadamente. Pereda tenía que ir a Cerro Chato y le pedí que me trajera combustible para ello le di los tanque vacios y  vales de nafta, además le pedí que se comunicara telefónicamente con mi esposa para tener noticias de mi familia.                                                                                                                                   Fuimos a la 2ª. calicata en lo de Crossa la que finalizamos a las 9ª a. m. y luego emprendimos viaje hacia el cerro de Miéres pasando por la calzada de diligencias sobre la Cañada Brava, el camino era firme pero con muchos pozos y muy poco transitado. Llegamos a lo de Viera pero el campo donde debíamos abrir la calicata pertenecía a un señor de apellido Gadea el cual tenia un comercio en una pulpería muy vieja. Dejamos al peón haciendo un asado de oveja y retrocedemos unos kilómetros para pedir permiso al señor Gadea para abrir una calicata en su campo, el cual nos es concedido. Volvemos al lugar donde estaba el peón haciendo el asado, el cual está casi pronto, Raúl se acuerda que tiene unas galletitas saladas, queso, dulce de   membrillo y manzanas, lo cual constituye una agradable sorpresa en estos lugares. Después de un reconfortante almuerzo, marcamos el lugar donde abrir la calicata, dejamos a Nilson efectuando el trabajo y retornamos a lo de Crossa, distante por este camino de unos 35 Kmts.  Es curioso como la gente de campaña,  cuando se le pregunta, si un camino es transitable, nos dan toda una explicación diciendo que es intransitable y luego uno pasa y observa que es bastante bueno, lo que según creo es por que lo ven desde arriba de un caballo y les parece imposible que por ese camino pase un automóvil. 
                                                                         Muestreamos la calicata No.2 en lo de Crossa y finalizamos a las 16 y 30, luego retornamos a lo de Gadea donde la calicata estaba casi terminada, mientras esperábamos su finalización llegó el Sr. Viera y sus hijos para observar la marcha del trabajo, le tuve que explicar el porqué de las calicatas, diciéndole que era necesario abrirlas para extraer las muestras para su determinación de sus propiedades físico-químicas en laboratorio, para determinar su fertilidad  y otras propiedades inferidas como su resistencia a la erosión, su aptitud de uso etc.                  Regresamos  a la Estancia en las últimas horas del día, pasando por la Pulpería de Gadea para pedirles que no taparan la calicata hasta que sacáramos las muestras, pues regresaríamos dentro de algunos días, nos preguntaron por la camioneta, por las preguntas que hacían daban a entender que conocían de mecánica.                                                                                                   Continuamos nuestro camino, y pasamos por la parte más fea con las últimas luces del día. Llegamos a la estancia a las 19 horas, habían terminado la esquila del plantel de ovejas Corriedale.                                                                                                                                                    
Viernes 20 de setiembre de 1974 
                                                                                                           
Salida a las 7 y 30 después de cargar nafta, apretar la batería etc. Rumbo al paso de Diego sobre el arroyo Lechiguana, pasando por los Molles hasta llegar al puesto de Luis Echevarría donde doblamos por una cortada rumbo a lo de Caputti.
                                                               Zona muy pedregosa que corresponde al Cristalino (Granitos), camino muy picado, donde tomamos rumbo a lo de Jaime Cuadra, ahí pedimos permiso al capataz para abrir una calicata. El chalet es muy lindo en su parte exterior, nos atendió la Sra. y luego el capataz que estaba alambrando, de ahí seguimos hasta la estancia “La Palma”, miramos el paso sobre el Arroyo Lechiguana en ese punto pero estaba muy crecido e imposible de pasar, lo cual nos hubiera acortado el camino en aproximadamente unos 40 Kmts. , por lo cual continuamos hacia el Paso de Alberto (por Alberto Rodríguez abuelo de Pagano). Este paso estaba crecido, pero permitía el paso de la camioneta, entramos luego a la Estancia “Santa Magdalena” que había estado arrendada por Cristiano, pero al fallecer este tomo posesión su dueño el Sr. Pagano (se produjo un hecho distinto al libro de Lin Yu Tang  es decir de “Cristiano a Pagano” ).
                                En lo de Pagano estaban trabajando con los animales en la manguera, hablamos con el Sr. Pagano quien nos explico que la calicata que queríamos abrir estaba ubicada en los campos de Alcides Saravia. Pagano se interesó por nuestro trabajo y nos dijo que quería hacer un mapeo de su campo. Se excusó de que nonos podía invitar a comer, pues todavía no estaba en posesión de su casa, además no podía contar con el casero pues este era un hombre muy viejito.                                                                                                                                                          De la Estancia de Pagano, fuimos a pedir permiso a la Estancia “La Mulita” cuyo propietario era un hijo de Alcides Saravia, ahí estaba la Señora con dos hijitos (una nena y un varón) , persona muy amable, la casa era preciosa además contaba con una vertiente de agua proveniente de un cerro próximo, donde pudimos abastecernos de agua fresca. En la Estancia nos invitaron a almorzar, lo que aceptamos de muy buen grado, pues se nos hacia tarde ya para retornar a las calicatas. La charla de sobremesa se prolongo por mucho rato ya que el suegro de Saravia nos hizo numerosos relatos, tal como la del poncho de Gumersindo Saravia, que no pudo ser recuperado porque la hija se lo dio a un diplomático y que fue a parar a un museo en Curitiba, lo del plano del Comendador Correa, lo de la lámpara y la victrola de la familia de Andrés en Arévalo, el nombre del pueblo que proviene de un señor Arévalo que tuvo una pulpería en dicho lugar. Finalizada la sobremesa partimos de retorno hacia las calicatas, saliendo de la Estancia cerca del camino vimos unos naranjos, llenos de tentadoras naranjas, juntamos algunas de ellas,  pero de pronto sentimos que venia la camioneta de la Señora, y partimos precipitadamente, pues nos dio vergüenza que nos viera ya que no habíamos pedido permiso para recogerlas.                                                                                                                                           Llegamos al lugar de la calicata y dejamos al peón abriéndola y nos fuimos a lo de Manoel  Rodríguez, un estanciero de origen portugués, muy entreverado para hablar, conseguimos su permiso para abrir una calicata en su campo, con la condición de que el día que la abriéramos lo fuéramos a buscar para ver el lugar, lindero con la Estancia “Peñarol” de Pancho Crossa.  Concedido el permiso, fuimos al lugar establecido y marcamos la calicata, de ahí nos fuimos al poblado de Arévalo para cargar nafta, en ese lugar vendían la nafta a un precio mayor y no querían aceptar nuestros vales, pero al comprobar que era una camioneta oficial transaron y nos vendieron 20 lts. de nafta común.
                                                                                               Emprendimos el regreso  la Estancia de Pereda, después de recoger al peón que estaba abriendo la calicata, pasamos por el paso de Alberto que estaba bajando y después de pasar     “ La Palma”, el peón nos indico mal la ruta, y nos hizo meter en un bañado donde “peludeamos”, ahí estuvimos cerca de dos horas desde la puesta del sol; nos ayudó el capataz Roberto Silvera  ( a quien yo ya conocía por en ocasión de haberle enviado algunas fotos que yo le había sacado), nos cuartearon con tres caballos, pero los sobeos se rompieron y tuve que sacar la camioneta con el “saca peludos”, no sin antes pasar mucho trabajo. 
                                Regresamos a la Estancia ya entrada la noche, por un camino malo y lleno de pozos, llegamos cerca de las 23 horas, ni siquiera nos pudimos bañar, para no demorar a la Sra. Elena con la cena servida. Fernando Pereda había llegado de Cerro Chato con dos amigos que venían de Montevideo, con ellos mantuvimos una amena charla de sobremesa sobre las aventuras vividas este día y luego rendidos de cansancio nos fuimos a dormir. 
   
Sábado 21 de setiembre de 1974

Salida en la mañana, después de un corto pero reparador descanso, rumbo a la “Palma”, maneja Raúl hasta el “Paso Diego” (nombre de Diego Saravia vecino del lugar), después manejo yo hasta la calicata para abrir en lo de Arístides Saravia, donde dejamos al peón, luego fuimos a visitar un cementerio sobre una escarpa de areniscas, observamos el paisaje, sacamos algunas fotos y  yo recogí  unos helechos de entre las grietas de las rocas, para llevar a casa, tuve un pequeño accidente al torcerme un pie, al principio me asusté pues pensé que seria un obstáculo para poder terminar el trabajo, pero en realidad fue de poca monta. 
                                 Pudimos observar un pequeño obelisco,  conmemorativo del combate de “Pablo Páez” donde fuera derrotado Otorgués (Torgués) el 4 de diciembre de 1816 por las fuerzas portuguesas al mando de Manuel Peçanha
.                                                                                                                          Luego le pusimos a la camioneta los 10 lts. de nafta que teníamos de reserva para poder retornar y fuimos a la calicata que estaba pronta y con el peón nos dirigimos a lo de Manoel Rodríguez, donde nos invitaron a almorzar. El Señor es Ingeniero Agrónomo, habiendo cursado sus estudios en Porto Alegre, es una persona de avanzada edad y viudo, nos habló de su esposa y nos mostró el jardín interior que ella había formado. La Estancia abarca unas 5.000 cuadras las que fueron divididas entre sus hijos. Se encuentra emparentado con Gumersindo Saravia, con los Correa y con los Rodríguez Alfonso, tiene una hija en Yaguarón , parientes en Santa Victoria, 
etc.
                                                                                                                                    Nos mostró su establecimiento, su toro y su carnero ambos pertenecientes a su plantel de pedigree. Hace inseminación artificial a medias con un químico de Bagé, a quien le da la mitad del semen para vender en Brasil. Exporta en dólares y vende 25% de su plantel de vacas.           Finalizado el almuerzo, don Manoel nos acompaña a la calicata, donde dejamos al peón y retornamos a la otra calicata para muestrearla.                                                                               Finalizada la tarea, retornamos a la otra calicata donde estaba el peón, este no había terminado pues encontró un fondo con piedras lo que le obstaculizaba su labor.                                  A las 17 y 15 emprendimos el regreso a la estancia a donde llegamos, con mucho cansancio  a eso de las 20 y 30, el tiempo estaba nublado y comenzaban algunas lloviznas.

Domingo 22 de setiembre de 1974

El día amaneció lluvioso y ventoso en grado extremo, lo que nos obligó a una suspensión forzosa de toda actividad con las calicatas. En la mañana ocupe mi tiempo poniéndole nafta a la camioneta, y luego fuimos con el peón a lo de Fernando Crossa, para tapar algunas de las calicatas, este se ofreció para efectuar dicha tarea en su campo, con personal de su estancia, lo cual facilitó nuestra labor.
                                                                                                                           Fernando Crossa volvió a sacar el tema del I.M.P.R.O.M.E., estaba asustado, pues yo había sacado muestras de sus mejores potreros y temía que le aumentaran sus impuestos, le expliqué mi punto de vista, le hablé de los trabajos del Dr. Flay, que habían quedado truncos, por la acción de los “tupamaros” que lo habían raptado, si el Dr Flay hubiera podido finalizar su labor, no se le hubieran puestos valores a dedo a las unidades C.O.N.E.A.T.  y que yo estaba tratando de enmendar, en los suelos que yo estudiaba y con valores fidelignos los errores cometidos. 
                                                                                                                                                    Continuamos nuestra charla con otros temas, como el de la centralización de Montevideo y la falta de red vial que muchas veces imposibilitaba la producción, adecuada a la fertilidad potencial de los campos. El problema de la instrucción de los hijos que separa a las familias, pues tienen que enviarlos al pueblo y luego radicarse en Montevideo.
                                              Retornamos a la estancia y de pasada tapamos la calicata de Escobillo, en campo de Cristiano. El peón Nilson Acosta me pide un adelanto de sus jornales y le entrego $10.000 pesos. En la Estancia almorzamos una comida abundante, consistente en huevos rellenos, sopa y ñoquis con estofado y carne de postre arroz con leche (el cual no me apetece).
                                    Durante la tarde hacemos una larga charla de sobremesa y jugamos al póker, luego salimos un rato a caminar y al volver continuamos la charla contando anécdotas. Llegada la noche  salimos a cazar liebres a la encandilada con los focos de la camioneta, pero a causa del viento y mal tiempo estas no salieron de sus madrigueras, a duras penas cazamos una, el día anterior habíamos observado gran cantidad de ellas que se encandilaban con las luces, y fácilmente hubiéramos podido cazar diez o doce.

Lunes 23 de setiembre de 1974
                                                                                                                  Fecha del fallecimiento del General Artigas. Día muy lluvioso, la actividad se vio totalmente interrumpida, nos encontrábamos con tres calicatas abiertas, una muestreada y dos por describir, las perspectivas no son muy alentadoras. 
                                                                         Me puse a leer un libro de Manuel Galvez  sobre “La vida de Aparicio Saravia, el Gaucho de la Libertad “ (2ª. edición, Editorial Tor S.R.L., Río de Janeiro 760. Buenos Aires.) Me sirve para ambientarme históricamente en la Zona. 
                                                                                               Almorzamos con milanesas de lomo de carpincho, luego charla de sobremesa y juego de cartas, yo me dedico a leer y a hacer los parte diarios de la camioneta. Nos es imposible salir fuera de la casa. En la noche cenamos con chorizos de carpincho y grasa de cerdo.

24 de setiembre de 1974 
                                                                                                                                   Hoy amaneció sin lluvia, pero muy húmedo y nublado. Salimos algo más tarde a eso de las 8 horas, rumbo al cerro de Miéres. La Cañada Brava estaba crecida y tomamos otro camino algo más largo que  por lo de Máximo Mederos para encontrar un paso sobre la Cañada Brava que estaba bastante crecido, se encuentra en los inicios de la Cañada Brava. A continuación encontramos unas ruinas pertenecientes a la antigua comisaria de la Seccional 9ª. que estuvo a cargo del Comisario Ramón López y del Segundo Saturnino Rodríguez, a los fondos se podía apreciar el “Cerro Malo”(3),  donde, según los comentarios de la época, los presos que se enviaban a Melo al atardecer en ese lugar desaparecían, sólo llegaban los que se enviaban en las primeras horas de la mañana. En ese lugar sacamos algunas fotos y continuamos nuestro camino desembocando en lo de Achabal  y continuamos hacia el Cerro Miéres, pasando por la antigua pulpería.
                                                                                                                                         En estos pagos fue donde actuó el Comisario Zamora, quien no investigaba los delitos, sólo comprobaba las muertes. La casa vieja enfrente a la escuela quemada es de un señor Mederos, en 1880 estos campos pertenecieron a un portugués de apellido De Souza, según Baeza vecino de la Zona,  continuando nuestro camino pasamos frente a la pulpería de Gadea, más adelante lo de Caputti, esta casa fue de Saturnino Rodríguez 2º. de la Comisaría 9ª. como ya lo mencionáramos, pasamos por el Cerro Miéres donde existe un pequeño cementerio en lo alto. Pasamos lo de Viera y fuimos a la calicata en lo de Gadea, la que encontramos completamente inundada hasta la boca, tuvimos que desagotarla para efectuar su descripción y muestreo con cápsulas “Kubiena”. Finalizamos a eso de las 13 y 30 horas más o menos. Tuvimos varias visitas para observar nuestro trabajo, la de Viera y la de Gadea y otro vecino que no supe su nombre, luego tapamos la calicata y fuimos a tomar unos refrescos y cerveza en la pulpería de Gadea, esta es una construcción antigua, similar a la pulpería de Barera en Cerrezuelo . Tuvimos una amable charla con Gadea, su hijo y Baeza, ambos tienen escrituras muy antiguas de sus propiedades que se remontan a los años 1870 y 1880 aproximadamente.
 .                                       Continuamos nuestro camino, rumbo a la estancia “El Cordobés” del General Aparicio Saravia (El Águila Blanca) y entramos por la entrada secundaria (la del Tala), el camino era muy malo y tuvimos que utilizar la doble tracción. 
                                                                                                    Al llegar a las casas, nos recibió un joven casero en forma muy amable, observamos que todo estaba en un estado de abandono muy grande, un galpón medio destartalado, donde se encontraban los huesos del caballo que montaba Aparicio Saravia en la batalla de Masoller, en otro galpón con troneras vimos una volanta en bastante buen estado con matrícula de Melo No. 386 o 356, no se distinguía bien el número, los restos de una carreta, colgada la armazón de una camilla de campaña, la calavera de un toro (comprada en el año 1900 por $120), cartucheras con viejas municiones y todo esto rodeado con bosta de ovejas; también pudimos observar la pequeña capilla, la manguera redonda, la casa, la cocina donde tiempo atrás se encontraba  un depósito de armas, las que conjuntamente con otras armas que se depositaban en un cerro cercano fueron llevadas al Brasil. La parte más importante o sea el interior de la casa no la pudimos ver, pues estaba cerrada con llave ya que no se encontraba el propietario o sea el nieto de Aparicio, Carlos Saravia. Dentro de la casa hay, según nos dijo el casero, muchas cosas interesantes de ver, tales como el sable, la carabina, el uniforme etc. 
                                    Finalizada la visita retornamos, por el camino principal que da a la portera con el buzón, y volvimos a la estancia pasando por la casa de los “negros Aguiares” (en sucesión), y llegamos a la 18 horas.

25 de setiembre de 1974                                                                                                                               El día amaneció con lluvia, una fuerte detonación se sintió a las 3 menos cuarto de la mañana, que despertó a todo el mundo con truenos y rayos. Este día la actividad se vio interrumpida, desayunamos con Tortas fritas y café negro en taza grande. Inicié una amena charla con don Indalecio Morales (nacido en 1901), padre del capataz Raúl Morales, este me hace saber que lo de Cesáreo (por César Saravia) es el lugar donde originalmente estuvo la casa de comercio de don Francisco Saravia y luego de “Chico” Saravia; además me indicó el lugar de la casa se “Chiquito” Saravia, que queda cerca del ”Paso del Sauce” o del “León” sobre la Cañada Brava, que ahora le dicen de ”Juan Carlos” por Juan Carlos Mederos. 
                                                          El campo donde se encontraba la casa de “Chiquito” Saravia, fue comprado por un Señor de apellido Cazenave, este la hizo demoler y actualmente solo se ven unas lozas y una manguera de piedra.                                                                                                                                                       Más adelante, siguiendo hacia el Cerro de los Miéres y pasándolo encontramos el “rancherío de los Mederos”, continuamos y llegamos al “Rincón de los López” donde habitaron los hijos del Comisario Ramón López, de los cuales solo vive Antonio, a otro lo asesinaron y un tercero murió por su cuenta.
                                                                                                                                 Don Indalecio, habla cuando hay poca gente para escuchar y no se le puede apurar pues va recordando muy lentamente los hechos del pasado. Don Indalecio acompaño a la gente de Villanueva Saravia (apodado “El Villa”), y estuvo en las costas del Río Negro, las que fueron bombardeadas por la Fuerza Aérea cuando la intentona revolucionaria de Basilio Muñoz, en la época de Terra (creo que fue en el año 1935), los pilotos de los aviones fueron Gestido y Manini Ríos.                                                                                                                                                   La tarde continuo con lluvia y los peones se pusieron a jugar a la Taba en el galpón de desensillar, mientras que otro sacaba tientos de un cuero, algunos nos dedicamos a la lectura otros a dormir o a jugar al truco y conversar. 
                                                                                        Me llamó la atención la palabra “perao”, que utilizaba el peón Nilson Acosta, para señalar un campo de piedras muy juntas, algo que yo defino como “campo empedrado”.

26 de setiembre de 1974                                                                                                                              Hoy amaneció lluvioso, pero algo más frío y mejorando, aunque todavía caen algunos chaparrones fuertes. Decidí quedarme en la estancia, pues la tierra estaba muy húmeda para poder muestrear las calicatas.                                                                                                                     Eduardo el hermano de Fernando, decide irse con sus dos amigos, Rodiño y Jorge Brizio en la camioneta de la estancia y tratar de pasar las cañadas.
                                                                         Entro en conversación con el Caco (Conrado Miéres Soca) que trabaja con un coche de alquiler, me cuenta que fue asistente de Villanueva Saravia y que cuando Basilio Muñoz estuvo en el “Paso de Villar “, Villanueva se manifestó neutral, aunque tenia unos 2000 hombres en la estancia, donde actualmente esta el establecimiento de Diego Saravia, en el Paso de Diego, sobre el Arroyo Lechiguana. Estos hombres fueron llevados a las costas del Río Negro, para que pasaran desapercibidos, pero estos le tiraban tiros a los aviones de la Fuerza Aérea y estos para repeler la agresión los bombardearon, pero sin mayores consecuencias. Después de estos incidentes vino la orden de disolver el Batallón y llegó una partida del ejército que prendió a unos cuantos por la zona. Continua el Caco su narración señalando el “tiroteo en el cementerio de Nico Perez” en 1910 de las fuerzas de Villanueva Saravia contra unas partidas del ejército que contaban como Teniente Instructor a Ángel Falco (mi tío abuelo), en ese tiroteo mueren varios de la fuerza de Villanueva, entre ellos un negro un tal Espejo y un Rodríguez de estos pagos. 
                                                                                                                                                                   Después del almuerzo salimos de recorrida y nos dirigimos hacia el “Cerro Ñato”, que es bastante elevado y chato en su cima, ahí se encuentra una vieja tumba, con una cruz de hierro labrado y tres o cuatro cruces simples. En este cementerio se enterró al primitivo dueño de estos campos, de apellido Terra y de origen portugués. Iniciamos una caminata por el campo, pero me volví a torcer el pie, que ya me había torcido en el cementerio cercano al Arroyo Pablo Páez, por lo que decidimos volver para no forzarlo.  
                                                                Ya en la Estancia, emprendí la lectura del libro de Gálvez, sobre “Aparicio Saravia” y de cómo influyeron los europeos tanto ingleses como franceses, en despersonalizar y colonizar a los habitantes del Uruguay.
                                                                                                                             Al atardecer charlamos sobre distintos temas, acompañando nuestra conversación con un café negro, hasta que llegó la hora de la cena, para ese entonces la noche lucía clara con una luna muy hermosa, lo que vino a dar un respiro después de tantos días nublados y lluviosos.

27 de setiembre de 1974                                                                                                                                 Salida a las 6 horas de la mañana, Raúl Abadie se quedo pues tenia dolor de garganta y de oídos, me acompañaron dos peones, el de siempre Nilson Acosta y Fermín Nascimiento un negro joven. El trayecto se realizó a la salida del sol a través de la pintoresca serranía con lomadas pedregosas.
                                                                                                                                  En el camino nos encontramos con el Caco (Conrado Miéres Sosa) conduciendo su taxímetro, lo pasamos y observé que al llegar a las casas de los “negros Aguiar”, el Caco no me pierde pisada y me sigue casi pegado, Nilson  me explica que los “Aguiar” le tienen jurada una venganza, pues tuvieron un incidente con el Caco y este les hizo sacar por las autoridades un revolver calibre 38, por lo que los “Aguiar” han prometido matarlo cuando lo encuentren solo. 
                    Después de pasar la entrada, de la Estancia de Aparicio Saravia,  el Caco se nos fue distanciando y nosotros seguimos nuestro viaje. Pasamos por los eucaliptus de la Estancia Fortaleza (también de un Saravia) y por el poblado “La Esperanza”, y llegamos a Santa Clara de Olimar, a las 8 horas de la mañana casi todos los comercios están cerrados sin embargo los peones pudieron comprar tabaco, galletas y manzanas. Continuamos rumbo a Arévalo, pasando por la estancia de Felipe Saravia, padrino del negro Fermín Nacimiento que nos acompaña, a lo lejos se divisa el casco de la Estancia “La Ternera” de José Saravia y de triste historia
.                                                                                                                                                              Pasamos al costado del campo donde se produjo la “Batalla de Tupambaé” , donde observamos los árboles plantados en los lugares donde se ubicaron los escuadrones, ahí tomamos el camino a la izquierda rumbo a Arévalo, se divisan varios cascos de viejas estancias, por último el cerro arbolado, donde acampan los picapedreros que tallan postes de piedra, desde hace muchos años.                                                                                                                                Llegamos a Arévalo y de ahí nos dirigimos a la calicata en el campo de Manoel Rodríguez,  la que encontramos llena de agua, la desagotamos y la profundizamos y luego la describí y la muestree, concluido el trabajo la tapamos y luego  al lado de la camioneta, almorzamos con una comida fría
.                                                                                                                                              Finalizado el almuerzo, nos dirigimos a la calicata ubicada en el campo de Aníbal Saravia, hijo de Arístides, nuevamente tuvimos que desagotar la calicata y luego tomamos fotos de la misma, con un sapo que había caído dentro de ella y a continuación la tapamos.
                           En este día quedo finalizado el trabajo de campo, con el muestreo de los suelos; los peones se dan un baño en una cañada cercana entre las rocas y se cambian las ropas de trabajo, emprendemos el retorno, Nilson Acosta deja sus aperos en casa de unos tíos que habitaban cerca del camino y continuamos hacia Santa Clara de Olimar, donde los peones piensan quedarse, “para irse de farra” según me manifiestan, ya que yo les voy a pagar sus jornales, hecho esto me firman un recibo y nos despedimos cordialmente.  
                                                      Emprendí el regreso a la Estancia de Pereda, previamente compré una botella de Whisky para obsequiarle a doña Elena, a los efectos de retribuirle en parte todas sus atenciones. 
                  Se había hecho la noche y esta era clara, la luna iluminaba con algo de espectral todo los alrededores del camino.

28 de setiembre de 1974 
                                                                                                                                Nos despertamos a las 5 de la mañana, me vestí y fui a los galpones para cargar la camioneta con las muestras de suelo, el equipo de trabajo y el equipaje. Desayunamos con café negro, nos despedimos de todos de Fernando, de doña Elena y del capataz don Raúl Morales.  
            Emprendimos el viaje de regreso, previamente decidí pasar por La Paloma de Durazno (originalmente llamada Isla de las Palomas), para buscar unos documentos sobre” La Capilla de Farruco". Al pasar por el “Cerro Ñato”, paramos y Raúl Abadie sube al cerro para retirar la cruz de Terra, el primitivo dueño de estos campos (de origen portugués), Raúl había obtenido la previa autorización de Fernando Pereda, este le había dicho que se la llevara pues el no tenía interés.                                                                                                                                                              Continuamos el camino rumbo a Cerro Chato, pasando por el “Paso del Sauce” que ya estaba bajo y permitía el transito. Al llegar a Cerro Chato tomamos la Ruta No. 19, rumbo a la Paloma de Durazno, hicimos un alto en “las Taperas de Oribe”, para que Raúl viera un ejemplo de la decidía del Partido Blanco, que olvida a sus héroes y sólo los recuerda en los períodos electorales, que desgraciadamente antes teníamos cada cuatro años y luego cada cinco, el Partido Blanco gasta para auto bombo, en este caso, en una gran placa de mármol, en vez de restaurar el edificio. La placa dice “ Al Brigadier General don Manuel Oribe el Libertador de los negros”, lo que tiene, a mi juicio, de por si un dejo discriminador y despreciativo hacia los afro descendientes, además es atribuirle a Oribe esto, como único y principal mérito. 
                         Llegamos cerca del Comercio de Sainz y doblamos rumbo a la “Capilla de Farruco”, para luego continuar hacia “La Paloma”, donde fuimos a almorzar en el “Hotel Español” de don Vicente Rodriguez.

                                                                                                                                                    Después de almorzar, nos dirigimos hacia la Estancia “La Teja” de don Martín Barera, quien con su amabilidad característica, me había prometido ceder en préstamo, el Documento relativo a la salida fiscal de los “Campos Realengos del Yí”,  lo cual me permitiría desarrollar un estudio de Geografía Histórica, sobre la Evolución de la Propiedad en su Región.                                            Con don Martín Barera, mantuvimos una breve conversación pero muy amena, me regaló dos caños de pistolas antiguas que estaban muy herrumbradas por estar a la intemperie. De “La Teja” salimos nuevamente hacia la Paloma, para tomar el camino a “Blanquillo” y luego hacia el comercio de Sainz y por Ruta 14 hacia “Sarandí del Yí”, ya que la policía nos había informado que no podíamos tomar la ruta por el “Chileno”, pues cerca de Durazno el Arroyo Tejera estaba desbordado y no permitía el paso. Pasamos “Sarandí del Yí” y empalmamos con Ruta No.7, después de pasar el pueblo de “Nico Perez”, y continuamos hacia la localidad de “Cerros Colorados”.                                                                                                                                                       En el camino fuimos utilizando la nafta, que teníamos en los tanque se reserva, poniendo dichos tanques en el techo de la camioneta y sifonado hacia el tanque de la camioneta.
              Siguiendo por la Ruta No.7, pasamos por Casupá,  pero al llegar al Tala tuvimos que tomar la Ruta No.80  pues los arroyos estaban crecidos, y nos dirigimos hacia Migues y Montes empalmando con la Ruta No.8 hasta Soca (antiguamente Mosquitos) y por ultimo empalmamos con la Ruta Interbalnearia,  para llegar a Montevideo a eso de las 22 horas.

Notas:
(1) Estancia “San Juan”, a la fecha propiedad de la Flia. Pereda, su dueño anterior fue el Señor Cazenave. Se extendía hasta el pueblo “Cerro Chato”, a la fecha ocupa una extensión de 12.000 hás. o  sea la mitad de su superficie inicial en propiedad del Sr Cazenave.
(2) Receta de las “Tortas fritas” de doña Elena:
      1 Kilo de harina  --  un poco de grasa de vaca derretida (la de oveja es más pesada)
      1 una cucharada y media de levadura (“ROYAL”)
      1 salmuera con leche,  agua y sal.
      Se amasa, se corta y luego se fríe.
(3) El “Cerro Malo”, se ubicaba anteriormente dentro de la Estancia “San Juan”, cuando esta era de propiedad del Sr. Cazenave  pero actualmente se encuentra en  campo de propiedad de un Señor de apellido Barbosa.     
Raúl Abadie Rogé en el campo de la Batalla de Pablo Páez: Otorgués contra las fuerzas de Pecanza.
                                                         4 de diciembre de 1816



Paso Don Alberto


Patio de Estancia El Cordobés de Aparicio Saravia



Capilla de Estancia El Cordobés



Calicateros:  Nacimiento y Acosta


Tapera de Comisaría de Ramón López


Tapera de Oribe en Ruta 19



Viajes por el Departamento de  Durazno




Estos viajes se relacionan con el documento "Campos realengos del Yi"






VIAJES AL DEPARTAMENTO DE TACUAREMBÓ







1974





                                     CLIC AQUI PARA VER OTROS VIAJES A TACUAREMBÓ

                                                             Marzo y Mayo    1975                 
                                      Incluye el realizado a Estación Experimental del Norte.             



                                    CLIC  PARA VIAJE A TACUAREMBO EN 1976


















                                                                  
















                                                                                 
                                                   
                        
                                                                                                                    
                                                                                         
                                                 
   




Comentarios

Entradas populares de este blog

SUELOS DEL URUGUAY--LAS SERIES

PRIMERA PARTE: Antecedentes y Canelones-Montevideo. La Serie es la categoría más específica en la taxonomía de suelos, vale decir que comprende pedones con variaciones de sus características y cualidades lo suficientemente homogéneas, como para esperar resultados similares en la producción de los cultivos y en sus exigencias de manejo. Conceptualmente la consideramos comparable al nivel “Especie” en vegetales y animales.  Una Serie varía fundamentalmente debido a eventos de erosión mecánica y degradación por perdida de materia orgánica, por inundaciones, micro clima, salinización por riego, variaciones de las geoformas sobre todo las pendientes, la rocosidad y también por accesibilidad. En algunos países como USA, se utilizan como referentes para las recomendaciones respecto al uso y manejo de las tierras . Las primeras misiones de ese país en Uruguay quisieron implantar ese concepto y junto a los técnicos locales de Recursos Naturales del MGA y la Facultad de Agronomía, f

Suelos del Sur de Uruguay

La Región Metropolitana debido al uso intensivo de la tierra, tiene particular interés en relación a desarrollar un mejor conocimiento de las características y cualidades de sus suelos. A fines de los 70, a efectos de revitalizar la cartografía, iniciamos junto a Hugo da Silva, Daniel Panario y Ricardo Cayssials, relevamientos en Canelones y Montevideo, tendientes a enriquecer la fotointerpretación realizada por Carlos Morelli.  En este proceso se caracterizaron en el Laboratorio, dirigido en esa época por Ruben Doti, con sus colaboradores, en particular para este trabajo con María E. Gulla, un gran número de perfiles lo que permitió definir 155 Series. En 1982 publicamos una foto-carta en formato de Atlas, con un excelente trabajo del Grupo de Dibujo, quedando postergados informes complementarios, parte de los que intentamos poner a disponibilidad en este documento. Características de los Suelos de la Vertiente del Este al Río de la Plata y de la Cuenca del Santa Lucía De