En Colonia, un
viento huracanado de unos 160 km/hora, tocó tierra en diciembre del 2023, con
particular intensidad sobre el Balneario Brisas del Plata y el Campamento
Artigas, provocando una pérdida humana, daños de infraestructura y devastación
de la biomasa leñosa.
Han sido
cientos los camiones que, aún a 2 meses del evento, continúan retirando troncos
y ramerío de las calles, lo que comprueba la magnitud del fenómeno.
Va quedando
pendiente, la tarea de limpiar los baldíos, a efectos de eliminar el riesgo de
incendio.
Los árboles
más dañados, arrancados de la arena o quebrados, fueron pinos y eucaliptus de
más de 15m de altura, por lo que la altura de la vegetación se redujo, aumentando
el número de árboles aislados, víctimas propicias de futuros eventos.
En algunos
sitios, una excesiva deforestación formalizó “corredores” con efecto Venturi,
acelerador del viento y de los daños.
Cuando se
mantuvo una forestación compacta, el abrigo grupal disminuyó los daños. Esto
queda demostrado en el Campamento Artigas, con un grupo de eucaliptus grandis
de unos 40 metros, intactos, ayudados también por su flexibilidad.
Los
eucaliptus blancos y colorados fueron afectados por igual, con el robusta (de
corteza esponjosa) algo más resistente.
El pino
marítimo fue el más afectado, en tanto que el radiata, aunque desgarbado y semi
seco resistió. Creemos que esto se puede deber al hecho que este último es
originario de Monterrey al suroeste de norteamérica, más ventoso que las landas
de Francia y Portugal origen del primero.
En Brisas,
el marítimo tiene una gran regeneración natural y las jóvenes plantas del
primer frente costero, con menos de 10 metros de altura, resistieron sin daños.
Las especies
con mínimos daños o indemnes, fueron las del monte nativo (tala, laurel,
curupí, molle, canelón, ceibo, arrayán, sarandíes, pitanga, etc.), las
latifoliadas de porte bajo y medio (paraíso, fresnos, arces, morera, acacias, etc.),
coníferas (casuarina, cipreses, tuya, etc.) y frutales (limonero, níspero,
duraznero, nectarinas, etc.).
La
recomposición forestal habrá que buscarla con estas plantas más resistentes, de
mejor sombra, buena condición ornamental y mucho menor riesgo de incendio que
los pinos y eucaliptus. Especies nativas más norteñas podrán tener un aporte
valioso, tales como el lapacho, timbó, ibirapitá, anacahuita, etc.
El manejo
del viento utilizando árboles es bien conocido en cortinas de abrigo de
cultivos y el ganado. En situaciones de riesgo como lo son estas costas
marítimas, también se deberían utilizar conceptos aerodinámicos de ese rubro,
adaptados al lugar.
Este tipo de
foresta ayudará a la diversidad biológica. En este evento, el temporal,
determinó la ausencia en el ámbito doméstico de asiduos visitantes como
zorzales, gorriones, ratoneras, benteveos.
En relación
a la seguridad, consideramos que, si bien tenemos buenos pronósticos
meteorológicos, habría que considerar una alerta más rápida, tipo botón de
pánico, dado que las comunicaciones hoy son universales.
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