RECUERDOS DEL GOLPE DE ESTADO

 

Jugando con la memoria, sin prejuicios, rememoro sucesos de mi cercanía, durante los tiempos revueltos relacionados al golpe del 73, el antes y el después.

Desde la ventana la oficina donde trabajábamos en los últimos procedimientos para publicar el conocido CONEAT, observábamos un despliegue de tanques en la Plaza Independencia, un hecho casi normal, naturalizado, para lo que era el ambiente en esos tiempos.

Comenzamos a conocer algo más de los sucesos y que el movimiento en la plaza era contra la Armada, comandada por el Contraalmirante Zorrilla, sitiada como último bastión de resistencia militar.

Finalmente, sin un apoyo político contundente, se rindió.

Los gremios, con huelga y ocupaciones respondieron, incluyendo la “asonada”, una fuerte expresión callejera.  La resistencia se fue debilitando como acciones visibles, nunca en los contextos más íntimos.

En el ambiente flotaba la duda del rumbo que tomaría la dictadura, casi sin dudas para la derecha dura, aunque con posibilidades para el “peruanismo”, un nacionalismo de izquierda.

Antes, en mis recuerdos, en 1962, el fracasado germen del Frente Amplio, una unión de socialistas y blancos independientes en la lista 4190, versión “tercerista” para enfrentar a los partidos tradicionales y separados del comunismo.

 La gran gestión de Wilson, los comentarios populares clamando por un gobierno fuerte, que llevó en 1966 al General Gestido y al desconocido Pacheco a la presidencia.

 La JUP, los secuestros del MLN incluyendo el del Agrónomo Dr. Fly que trabajaba con nosotros para el CONEAT, la suicida toma de Pando en el 69, la derrota del MLN en manos del Comisario Otero, la conveniente fuga de los Tupamaros el 3 de septiembre del 71 perjudicando al Frente Amplio liderado por Seregni, que ya llenaba avenidas con adherentes y muchas chances de triunfo para las elecciones que serían dos meses después.

Esos primeros días de setiembre, circulamos por gran parte del país sin controles, en un país “liberado”, raro para esas circunstancias.

 Bordaberry llegó al poder en un acto electoral irregular, donde se hizo difícil el voto observado interdepartamental, con cierre de urnas tardío y aparición de sobres incinerados.

Después la historia se llenó con lo conocido, la última cacería de tupamaros, la cruel dictadura del sur de nuestra América, con sucesos terribles que pasaban muchas veces desapercibidos, algunos evidentes como la aparición de cadáveres innominados la nuestra costa.

La última acción de la dictadura apuntaba notoriamente a militantes del Partido Comunista buscando destruirlo. Recuerdo pasar por Agraciada rumbo al trabajo y desde el ómnibus ver la casa donde horas antes habían asesinado a 8 comunistas indefensos. Se dijo que fue en represalia de los 4 soldados ejecutado poco antes, Dios sabe por quién.

Después la que consideramos la sabia gestión del Club Naval y el final de la última dictadura, abriéndonos a los tiempos del “nunca más”.

 La Democracia se inició en un ambiente fraterno y constructivo, valores que deberíamos mantener, propiciando por encima de todo la eliminación de las inequidades.

Por esos tiempos, el azar me llevó a estar presente en Argentina el domingo que fue electo Alfonsín.  Recuerdo la alegría y optimismo de la gente. Los hechos del vecino país casi siempre nos anteceden y creo que vernos en ese espejo nos ayudaría.

Publicado en Diario Primera Hora de  San José de Mayo