El bienestar del ser humano está basado entre otras cosas en su seguridad. Podemos
considerarlo un problema ambiental, ya que de nada valen otros factores, si la
vida o la integridad de un actor principal está en riesgo.
No
intentamos tratar aspectos que involucran a toda una colectividad, como la
alimentación, la guerra, la delincuencia, las pandemias, los desastres
naturales y la economía, sino que estamos pensando en los incidentes y
accidentes cotidianos que ponen en riesgo al individuo.
El desarrollo de una vida segura depende de
cada uno y de las características de su entorno.
Cada ser
vivo desarrolla su seguridad en base a intuición innata, experiencia acumulada y
educación recibida. El ser humano tiene más posibilidades, al poder utilizar
metodologías tecnológicas de promoción. Sin embargo, es en el entorno familiar
donde el aprendizaje debería ser más efectivo.
En
Uruguay se está desarrollando una nueva reforma educativa, que entendemos
apunta a ser más integradora del conocimiento, facilitada por el debate.
Una
oportunidad para desarrollar la Seguridad a todo nivel, desde primaria hasta el
bachillerato, no circunstancialmente, sino como un tema más del programa.
En
primaria responsabilidad del maestro, cuidando el aspecto emocional del tema. En
el segundo ciclo como una Materia más, con un profesor, que no tendría que ser
experto en el tema, sino alguien que tenga la habilidad de promover este debate
en base a pesquisa de noticias y a los ejemplos diarios que se le presenten al
grupo.
El
Programa debería ser abierto e integrar temas relacionados:
Al ámbito
doméstico, como los que tienen que ver con el manejo del fuego, la
electricidad, el gas, las herramientas, sustancias tóxicas, sitios de riesgo,
salud.
Al ámbito
externo, como la circulación peatonal y vehicular, las prácticas acuáticas, la
prevención climática, el manejo del fuego, el deporte informal.
En el
ámbito laboral, muchos colectivos, como el deporte organizado, tienen normas de
Seguridad Profesional. En este aspecto vale destacar los logros del gremio de
la construcción.
También algunas instituciones en ramas de la educación
Industrial tratan el tema, específico para cada rubro.
Creemos
que, en este marco de la seguridad individual, poco ayudan los organismos públicos
cuando propician:
Veredas intransitables y obstáculos a la
visión en las esquinas.
Cruces peatonales mal señalizados, cartelería
engañosa y en general tan excesiva, que deja de destacar lo importante, opacado
por lo inútil.
Rotondas
y desvíos mal diseñados.
Obras con
logística caótica.
Controles
con propósito recaudador, ausente en los sitios de riesgo, donde debería estar.
Falta de
control de la seguridad doméstica en el uso de la electricidad, etc.
De todos
modos, los riesgos son un atractivo para muchas personas, que lo buscan en
actividades extremas, lo que es válido siempre que no afecte a terceros. Muchas
veces un exceso de normativas de poca trascendencia, podría incrementa la
necesidad de excesos, más “divertidos” con incremento de adrenalina.
Publicado en Diario Primera Hoa de San José.
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