Recientemente, ha cobrado reconocimiento el abordaje científico, para resolver los problemas del hombre y su entorno.
En muchos casos este enfoque es predominante, como en la
medicina humana, la geología, la climatología, las industrias.
En otros casos relativos al uso del espacio, suelen
predominar el empirismo y la sucesión de decisiones a “prueba y error”,
procedimiento oneroso en términos de costos y tiempo.
El conjunto de acciones de planificación, tanto en áreas
urbanizadas e industriales, como en las de producción agropecuaria y forestal y
las áreas protegidas, se hacen en busca del mejor Ordenamiento Territorial para
el territorio.
En ocasiones, bajo
este rótulo se integran acciones para “ordenar” desprolijidades del entorno,
como contaminaciones de todo tipo. Esto resulta en cambios circunstanciales en
la utilización del espacio, lo que a los administradores les resulta mucho más
fácil que el creativo trabajo de planificación.
El objetivo será lograr la utilización útil y sostenida del
espacio, evitando procesos de degradación, con un resultado “amigable” para
quienes lo habitan.
En el caso del diseño de una casa, de un barrio o de una
ciudad, arquitectos e ingenieros incorporan al plan utilitario una importante
dosis de arte, con el consiguiente resultado emocional favoreciendo la vida
familiar y comunitaria.
También en el uso rural, ocasionalmente aparecen rasgos
ornamentales en ese sentido, aunque el plan productivo de un establecimiento se
hace buscando rendimiento económico y facilidad en el manejo de las operaciones.
Esto en base a la experiencia del productor, lograda a lo largo del tiempo
según éxitos y errores y en adición, la ciencia de sus asesores.
A escala regional, departamental o nacional, la
planificación del uso del espacio tiene los mismos componentes, con el agregado
de decisiones de carácter político que en ocasiones opacan el razonamiento con
opiniones de débil contenido.
En este ámbito, la ciencia y la tecnología pueden contribuir
al Ordenamiento Territorial, tal como sucede en países con más historia y desafíos
ambientales, donde existen protocolos, de los que existen publicaciones adaptadas
a nuestro país.
Esta metodología es propicia para evaluar la aptitud de la
tierra para cultivos de los que no hay experiencia local y también para alentar
o desalentar por parte de la administración pública diferentes tipos de
utilización, dejando planteadas las bases para una futura gestión territorial,
en el marco de la conservación de los recursos y la protección ambiental.
El procedimiento consiste en colectar y disponer para el
territorio, documentos en términos cuantificables, relativos a las
características de los recursos naturales: clima, suelo, geología, relieve,
hidrología, cobertura biótica nativa, además de información del uso como la matriz
productiva, composición predial y poblacional, accesibilidad y conectividad.
Ejemplo de estas características son estadísticas de
precipitaciones y heladas, espacio para las raíces en el suelo, productividad
de las pasturas naturales, fisicoquímica del suelo, energía del relieve, tamaño
de los predios.
Con esta información resulta posible determinar rangos de cualidades
de la tierra, los que describen limitantes para los diferentes tipos de
utilización, como por ejemplo riesgo de heladas, resistencia a la sequía, a la
erosión y a la degradación, valor forrajero del campo natural, fertilidad
potencial, inundabilidad, drenaje.
Levantar estas restricciones tiene un costo, diferente para
cada uso, que al ser monetario decide la rentabilidad, aunque nunca debe ser a
costa del deterioro de los recursos naturales.
Como resultado utilitario, en el marco del uso agropecuario
y forestal, se pueden construir mapas pasibles de relacionarse al padrón
catastral, tal como sucede con las unidades de tierra CONEAT. Mapas que
describen grados de libertad para el uso de la tierra, como intensidad para la agricultura,
el agropastoreo, el pastoreo o forestación estrictos, el silvopastoreo, y las
reservas naturales.
Esta forma de razonar puede facilitar decisiones hoy controversiales,
como el avance de la forestación o valorar el desarrollo del riego como un plus
del proyecto Neptuno, tal como se había considerado en la versión original.
Documento publicado en diario "Primera Hora" de San José 18/10/2221
Comentarios
Publicar un comentario