Las raíces de las plantas, al igual que todo tejido vivo,
necesita respirar. Solamente las lignosas muertas (de anclaje), no lo hacen.
Siendo la aireación del suelo, a veces considerada drenaje,
una de las cualidades de la tierra que más condicionan la aptitud y el
rendimiento de los cultivos, poco ha sido investigada en nuestro país. Personalmente
hacemos estos elementales comentarios, basados en lo publicado en el Boletín
técnico N°8 de la DSA y haber leído algo desde la Fisiología Vegetal de N. Maximov
(1948) y en la Naturaleza y Propiedades de los Suelos de Brady (1996).
La respiración aérica es en esencia una oxidación de
compuestos complejos (generalmente glúcidos, a veces proteínas y grasas), que
se verifica en cada célula generando calor vital, desprendiendo CO2 y H2O.
En general es óptima a 30- 40°C, crece hasta 50°C y cesa
a -10°C. No se detiene en la oscuridad, crece con el aumento de los glúcidos y
se enlentece al aumentar el CO2.
Cuando no hay o es escaso el oxígeno, como sucede en
muchos suelos, la respiración aeróbica es sustituida por la generación de
energía a través de oxido-reducción. Este es un proceso transitorio en las
plantas superiores y básico en los microorganismos.
En un sistema oxido-reductor existen pérdidas y
ganancias, que se manifiestan en el “potencial redox”. Los más oxidados son el
CO2 y los glúcidos y tiene gran participación el sistema férrico-ferroso y también
el azufre.
En el suelo, la disponibilidad de aire oxigenado es muy
variable, desde ilimitado en un horizonte superficial bien estructurado y
poroso, hasta el mínimo que puede estar disuelto en los suelos inundados
permanentemente con aguas “quietas”.
BAÑADO
BAÑADO
Los primeros son los preferidos para plantas exigentes
como las Solanáceas y los otros por plantas que en ellos no encuentran la competencia
de las aeróbicas, como los Taxodium y las hidrófilas en general.
Cuando el agua del suelo tiene movilidad y se oxigena,
como puede suceder en Fluvisoles inundables, las raíces pueden utilizar ese
oxígeno. Es el caso de los Salix.
La disponibilidad de oxígeno es estacional, según cuanto
el agua esté ocupando la porosidad, y espacial, según como sean los horizontes
del suelo, sus características y espesor. En nuestros horizontes A, con
subsuelo pesado y muy pesado, el espesor está en relación proporcional directa
con la aireación.
Las variaciones del sistema óxido-reductor va dejando
rastros en el suelo, tales como los moteados, las concreciones de Fe-Mn y los
colores gley cuando el anaerobismo es permanente.
El CO2 en esos procesos, también posibilita con presencia
de Calcio, la formación de carbonatos, muy comunes en nuestros suelos.
Seguramente los microorganismos simbióticos asociados al
sistema radicular juegan un rol importante, como es el caso de las cosmopolitas
micorrizas que aumentan la capacidad radicular.
La Clasificación Uruguaya de 1976 toma en cuenta aspectos
de esta característica de los suelos, definiendo:
Horizontes
diagnostico superficiales: Hístico (con exceso de humedad, saturado al menos en
alguna época del año) Y Álbico (napa temporaria colgada debido a un Bt
impermeable) y horizontes diagnostico profundos: Gleico (saturado de agua por
periodos prolongados del año) y Valor N (contenido de agua, arcilla y materia
orgánica que reduce la sustentación del suelo).
También Fases: Hídrica (con valor N crítico), Acuica (con
horizonte gleico a meno de 50cm), Paracuica (horizonte gleico entre 50 y 120
cm), Aérica (horizonte gleico entre 120 y 200cm) e Hidromorfica (sin colores
gley con evidencias de hidromorfismo).
La aireación es dinámica dependiendo de la pérdida de
agua y la ganancia de aire y se ve afectada por el encostramiento y la
compactación.
La primera debida
a texturas lábiles y pobreza de materia orgánica. El compactamiendo por causa
de la maquinaria pesada y la falta de laboreo físico de remoción, hecho que en
la antigua agricultura formaba la “suela de arado”.
Se mide por el contenido de oxígeno, la tasa de difusión
de O2 (ODR) y el potencial redox (Eh).
Existe una interacción pH-Eh durante el equilibrio
dinámico entre fluidos líquidos y gaseosos, lo que involucra aspectos físicos
relacionados al espacio poroso y también químicos.
En lo químico, los
estados oxidados del Fe, Mn, Cu son menos solubles y sus hidróxidos precipitan
a pH bajo. En el ciclo del Nitrógeno, la nitrificación se favorece en el estado
oxidado y la desnitrificación en el reducido. En medio aérico prevalecen los
NO3 y en el reductor el NH4.
Los incendios forestales y creemos que también las quemas
de campo, aumentan el nivel de nitratos. En campos naturales se equilibra con
el amonio, aún después de las “quemas” con glifosato, hecho que comprobamos en
el “Proyecto de Recuperación de Cárcavas”.
En el Boletín Técnico N° 8 para alguno de los Pedones de
las Series estudiadas se midió el ODR con un sistema platino-bronce, datos que
fueron analizados por el compañero de la DSA, Ing. Quim. Gustavo Spangemberg.
Las conclusiones generales:
1 El ODR es inversamente proporcional al contenido de
arcilla, a la profundidad y a la humedad del suelo.
El encostramiento la reduce. En subsuelos porosos se incrementa,
tal como lo observamos en un Pedón de la Serie Aguas Corrientes.
2 Las pautas de “drenaje” utilizadas en “Evaluación de
Tierras” son buenas, aunque deben considerarse los colores heredados del
material geológico.
El arte del manejo de los suelos por la agronomía, exige
para la demanda propia de cada cultivo, incrementar la porosidad y lograr la
mejor combinación de aire y agua.
La aptitud para pinos y eucaliptus depende de este
aspecto: el pino marítimo y el eucaliptus globulus exigen aireación con buena
reserva de agua. El pino elliotti y el eucaliptus grandis son menos exigentes
en aire y más en agua.
La conservación de suelos al enlentecer el escurrimiento
suele mojar el suelo a veces en exceso, sobre todo en nuestros suelos
arcillosos y en áreas terraceadas. Los Vertisoles secos son bien aireados, aunque
saturados de agua pueden ser asfixiantes.
El subsolado de nuestros Bt, ricos en arcillas
expansivas, mejora por corto periodo de tiempo la aireación. Al mojarse se
vuelven a compactar, encerrando las raíces que lo ocuparon.
A continuación, ponemos a disposición del lector del BLOG
el varias veces mencionado Boletín N° 8 e la DSA, que en su Capitulo IV incluye
el tema aireación, desarrollado en base al conocimiento electroquímico de
Gustavo Spangemberg y que nos permitió vislumbrar la importancia que para la
nutrición y respiración vegetal tienen en el medio edáfico, la combinación
interactiva de medios ácido-básicos-oxido-reductores, que debería ser tenido en
cuenta en la agricultura de precisión para justificarse como tal.
ACCEDA AQUI Q SUSCEPTIBILIDAD DE EROSION Y AGUA DISPONIBLE DEL SUELO
ACCEDA AQUI A LABORABILIDD Y AIREACION DEL SUELO
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