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Una Prehistoria Geoagrológica Constructiva.


Para los edafólogos de mi generación, los estudios de suelos del país se iniciaban después del 50, con la Misión Riecken, las 13 Zonas CIDE y la Catedra de Edafología con Luis de León.

Sin embargo, hoy no tengo dudas que, en la primera mitad del siglo XX, se lograron avances conceptuales muy importantes, de la mano de brillantes geólogos, agrostólogos e ingenieros agrónomos, que comenzaban a desarrollar el concepto de suelo como ciencia, con una base fuertemente empírica, sostenida con un gran conocimiento holístico del campo. Así era la agronomía, que se reflejaba entre otras instituciones en el CIAAB y la Facultad de Agronomía.

En la segunda mitad del siglo, participamos y sabemos que se avanzó en geología y edafología, con mayor tecnología analítica y cartográfica, con más técnicos en cátedras e instituciones especializadas.

 Pese a esto, fue declinando el interés en el tema y por consiguiente los avances, reflejado entre otras cosas, con el desmantelamiento de la DSA, una Facultad e INIA netamente productivistas e ingenieros agrónomos cada vez más especializados en armar proyectos en formato casillero, casi sin opciones para desarrollar la creatividad en un marco integral del campo.


Parece ser algo normal, que las nuevas generaciones al ir generando nuevos avances, no reconocen, por ignorarlo o por razones políticas, lo que los antecede.
Fui testigo de una época en que los “trancas” debían irse alejando de sus Cátedras. Así se fueron Spangemberg, Fynn, Navarro, Laffite, Chebataroff y hasta el mismo Rosengurtt.

En resarcimiento de este pecado juvenil corporativo, me permito recordar algunos de los avances, fundamentalmente conceptuales de mis antecesores, reflejados en la publicación de 1946 “Apuntes y Notas sobre una Nomenclatura para los Suelos del Uruguay, basada en la Geología”, cuyo autor, el Ing. Agr. Jorge Aznarez, era Director de Investigaciones Geológicas del Instituto de Estudios Superiores del Uruguay.

Ese Instituto, presidido por el Ing. Eduardo García de Zúñiga, publicó este trabajo, Apartado de la Revista de la Facultad de Agronomía N°40, con especial referencia al noroeste del país.

Según el autor, basó esta Contribución en apuntes incompletos y escasa bibliografía, ante la insistencia del Decano G. Spangemberg, preocupado por estos temas.

Comenta que, en los últimos años, habían tomado impulso los estudios sobre nuestras praderas por la Cátedra de Agricultura y la Comisión Nacional del Problema Forrajero, en forma de Contribuciones, con autores como el propio Spangemberg y Rosengurtt, Campal, Gallinal, Bergalli, Aragone, Ameghino,  Boerger, Yhan.

En lo forestal era para destacar lo aportado por Miguel Quinteros y por Menéndez Lees en cultivos.

En todos ellos se hace mención al sustrato geológico, “productor de suelos que desarrollan la flora, riqueza de nuestros campos”.

Rosengurtt señala el cosmopolitismo de los mismos, cuando en Palleros observó 111 de las 330 gramíneas conocidas de nuestra flora. ( En la DSA, Hugo May y Eduardo Di Landro estudiaron por 90,los cambios allí producidos ).

Aznarez relaciona esta diversidad geológica y florística con la étnica, comparándola con la de los países vecinos, más homogénea.
Manifiesta que una persona observadora, basándose en la población de ovejas, podrá contestar sin dificultad, cuáles son mejores campos de areniscas, si los de Tacuarembó (Batoví-Tranqueras) o los de Guichón (Guaviyú-Algorta-Pandule-Guayabos).

Estos “Apuntes” fueron presentados en el Primer Congreso Nacional de Colonización, justificado en los siguientes motivos:

--Poner de manifiesto la necesidad de una “distribución zonal agrogeológica del país y con ello la tipificación de las explotaciones, intentando a la vez una distribución en regiones o zonas naturales, partiendo de base geológica, sobre todo, aparte de clima y zonas geográficas,” consiguiendo con esto, una guía para planificar nuevas colonias, estaciones experimentales, ferrocarriles, carreteras y obras mixtas de irrigación y energía, como serían Cuñapirú, Cebollatí, Queguay.

-- Hace suyas   las conclusiones del trabajo del Ing.Agr. Gaspar Ochoa presentado en el Congreso de Agronomía de Porto Alegre, adaptándolo al Uruguay y concretando las siguientes ponencias:

1) Para el estudio sistemático de los suelos del Uruguay, es indispensable establecer primeramente las unidades Agrogeológicas.

2) Esto servirá de base sólida para el zonamiento agrícola, preocupación de los poderes públicos.

3) La división cartográfica del Uruguay en regiones agrogeológicas facilitará múltiples servicios administrativos, tanto municipales como nacionales. (Este punto, a pesar de los esfuerzos de la siguiente generación, nunca se concretó).

4) Por ser un proceso no costoso, de gran alcance práctico, merece el apoyo de los poderes públicos, tal como sucedió en San Pablo, Brasil.

5) Se recomienda la creación de una sección especial de CARTOGRAFÍA EDAFOLÓGICA en el MGA, con técnicos especializados y posiblemente con la cooperación de C. N. de Estudio del Problema Forrajero, quedando en él concentrados todos los trabajos de suelos necesarios para la clasificación exacta de las unidades agrológicas uruguayas.
(Nada más parecido al PELS y a las Unidades de Tierra del Coneat y del 100.000).

6) Prestar el apoyo necesario al I. Geográfico Militar para el relevamiento topográfico del país y al Instituto Geológico para los estudios en los Departamentos aún sin relevar.
Dice Aznarez: el ingeniero agrónomo necesita buenos mapas, con base topográfica exacta y observaciones de campo complementadas con análisis.
                                    
En la publicación “Estudios sobre praderas del Uruguay”, en la 1ª Contribución en 1938, puede leerse en la pg. 46:
“la naturaleza de un terreno depende lógica y fundamentalmente de la composición, estructura, etc. de la roca madre. Esto salta a la vista especialmente en aquellas regiones que no son tapadas, como sucede en el sur del país, por un manto uniforme de depósitos pampeanos, sino que revelan ya, en distritos de poca extensión, grandes variaciones petrográficas.”

Decía el Dr. K. Walther, profesor de geología y agrología de la Facultad de Agronomía:
“Hay que aprender a leer el mapa anhelado y esto en sus 3 fases: topográfica- geológica- agrológica. Creo que estamos muy lejos de semejante divulgación de la ciencia:” (Muy lejos).

“En el país no se tienen en cuenta informes y publicaciones en tal relación, utilizando términos vagos como: suelos graníticos, arcillosos, arenosos”, francos, de bañado, frescos de costa de arroyo.

Aznarez habla de la dificultad de intentar una nomenclatura para los campos del país, dada las variaciones de los suelos en un mismo distrito geológico sumado a los fenómenos de erosión y degradación. Por eso las variaciones de la vegetación y la fertilidad en el mismo potrero o chacra. Pero confirma la relación estrecha entre la geología y la calidad de los campos.

Se percibían “Especies de Suelos” (Series), pero no podían clasificarlas y menos mapearlas.

En aquel momento las formaciones geológicas relacionadas a lo anterior eran: 1 Las efusivas de Serra Geral,  2 Las areniscas de Tacuarembó,  3 El Cretáceo,  4 Las capas de Fray Bentos,  5 El zócalo cristalino,  6 El Limo pampeano,  7 Las areniscas de Salto,  8 El grupo Estrada Nova,  9 Los aluviones de Lagunas.
(La base para la Carta CIDE).

Como se observa, en esa primera mitad de siglo la Geología como factor generador de suelo prevalece y así seguirá sucediendo aún en las cartas más recientes, con el agregado de la Geomorfología, que ya entonces vislumbraban como importante: “en Uruguay el problema se complica al no haberse deslindado las interferencias entre las formaciones geológicas primitivas y las sedimentarias posteriores (lodolitas, glacis, etc), participantes de la formación de los suelos.”

Evidentemente los geólogos estaban detrás de minerales estratégicos como carbón, hierro, calizas, oro, cobre y más tarde petróleo y uranio y en este conocimiento contribuyeron: J.D. Falconer, K. Walther, R. Lambert, N. Serra, J. G Mc Millan, J.C. Goñi, J.H. Jones, C. Rusconi, R. Rey Vercesi, H. Keidel, Frenquelli, L. Kraglievich.
   
Citando a Paulsen dice que para formar la roca madre, los minerales sufren transformaciones condicionadas por el clima y el suelo se puede formar con alteración ligerísima (in situ) o transportadas por e agua y el viento a distancias más o menos grandes. En qué proporción intervienen el agua y el viento es una complicación.

Boerguer en “Investigaciones Agronómicas” de 1943, al hablar de suelo indica la íntima relación entre la Geología y la clase de suelo.
En la época se pensaba en material madre sialítico (Si-Al) de origen granítico con humus más o menos saturados de bases, para la mayoría de los suelos uruguayos.

Rosengurtt en la 3ª Contribución clasifica las praderas de Uruguay en  1Campos Gramados o pampa fértil,  2Campos Pajizos, de maciegas y  3Campos Bañados uliginosos o paludosos.

En la publicación de Aznarez se mencionan observaciones de Plantas- Guía, destacando la presencia de los tréboles autóctonos y la “babosita” en los campos más fértiles.

Los siguientes son algunas de las numerosas observaciones para las diferentes zonas del país:

--Describe las Efusivas de Serra Geral, en la “ cúspide del Gondwana,  con suelos fértiles y muy fértiles según el espesor de la roca descompuesta y la frecuencia de afloramientos, de color negro y marrón-habano, especialmente aptos para la cría de ovinos, con pasturas finas y ausencia del típico Andropogon condensatus.
El relieve ondulado y el escaso espesor del suelo y de la roca descompuesta evita, salvo con precipitaciones lentas, que el agua penetre al suelo sufriendo las secas, como la de 1942-43, con enormes mortandades.

-- Respecto a las Areniscas de Tacuarembó dice que son campos baratos, con osteomalacia, con ojos de agua aún en las cuchillas, pobres en fósforo y calcio, exceso de arena gruesa y falta de coloides y humus, aptos para la cría de vacunos.
“ Una característica notable de estos campos es su gran resistencia a las sequías, debido a sus pasturas gruesas, varios andropogon y pajas mansas y la capacidad del suelo para almacenar agua por ser ser tierras permeables y acusar un buen poder ascensional del agua.”
“Son tierras muy fáciles de arar, pero también muy fáciles de lavar y arrastrar cuando las pendientes son mayores a 8% o algo acentuadas”.
Manifiesta que en estas tierras se cultivan naranjos, maní y porotos en Rivera y que en Artigas la papa fracasó por falta de fertilidad. Los citrus son prósperos y la naranja de ombligo es la mejor del país. Sugiere también la mandioca.
“Rivera se caracteriza por el extraordinario crecimiento de os eucaliptus……debido posiblemente a la humedad y fertilidad del subsuelo y a la activa nitrificación que se realiza en el mismo, hasta más de 900 por mil.”
“Según el Ing.Agr. Pedro Menéndez Lees en la Revista de la Facultad de Agronomía N° 18, en Aguas Buenas, próximo a Curticeira, se plantaron las primeras cañas de azúcar del país.”

-- Al Cretáceo lo describe geológicamente y en aspectos fosilíferos, haciendo algunas observaciones agronómicas:
-los campos al sur de la vía Guichón – Algorta son pobres y muy pobres, debido a la intensa silicificación, en tanto que al norte predominan las areniscas de Guichón, menos silicificadas con fósiles pampeanos y son mejores. Mejoran más aun cuando aflora la lava del Jurásico.

-- Las Capas de Fray Bentos fundan su fertilidad en la riqueza de carbonato de calcio, el escaso contenido de sílice y la presencia de elementos trazas debido a cenizas volcánicas.
Uno de los suelos más reconocidos, por su calidad, es el del subsuelo de Paysandú, Fray Bentos y Young, los que dede Darwin y D´Orbigny se los nombraba con más de 20 nombres y edades.

-- Respecto al Zócalo Cristalino la observación que destacamos es que “ en trabajos bien recientes se habla de suelos graníticos y de mayor y menor fertilidad, según la presencia del limo pampeano, lo que explica las diferencias en Canelones y San José. (y en el resto del Cristalino)”.
También concluye: “en la región de La Paz al norte de Montevideo, la alteración del granito se extiende a varios metros de profundidad, lo que debe atribuirse al clima que reinó antes de la sedimentación del limo pampeano”.

--El Limo Pampeano lo concibe con mayor amplitud que el Libertad, incluyendo al Raigón limo arenoso y presencia de cantos rodados dada su cercanía a sierras y cerros.
“Tiene una importancia no despreciable por su extensión y su función pedológico”.
 Cita cenizas volcánicas, menos frecuentes que en Argentina, de color blanco purísimo o gris, con Na, K, Ba, Li, Si Fe, etc.
En algunas zonas de Canelones con Cretáceo, adjudica aumento de la fertilidad cuando aparece el Pampeano.
Siguiendo a Giufra se mencionan como grades Regiones la Penillanura Platense, el Altiplano de Haedo, la Región de Colinas y Sierras y la llanura Atlántica.

Habla de los “campos de olas”, considerándolos muy fértiles, difíciles para circular, pero nivelables con laboreo, que se presentan en tierras bajas y altas. En los bajos los explica asociados a las maciegas y los aluviones. En las cuchillas a fenómenos eólicos.

En la parte final de la publicación plantea la necesidad de completar la Carta Geológica de los 19 Departamentos en colaboración con la recientemente creada oficina de Clasificación y Conservación de Suelos en el MGA, por decisión del ministro Arturo González Vidart, con la Dirección del Ing.Agr. Carlos Fynn.

Fynn publicó, también en 1946 “Los Factores de Formación y Clasificación de los Suelos”, (la Americana), que tomé de base para redactar mi informe relativo a la Carta 100.000 de Canelones.
Aznarez termina lamentando la falta de giras conjuntas de geólogos, agrónomos y botánicos.


ESTUDIOS GEOLÓGICOS HASTA 1957
CARTAS ELABORADAS POR IGU y IGP

1924:    Croquis Geológico de Cerro Largo  (K. Walther)
1930:     Mapa Geológico de Cerro Largo  (J.D. Falconer).
1931:      Mapa Geológico de Tacuarembó  (J.D. Falconer).
                 Mapa Geológico de Rivera  (D.Rey Vercesi).
                  Mapa Geológico de Piriápolis- Pan de Azúcar  (J.G. Mc Millan).
1932       Mapa Geológico de Terrenos Precámbricos del Uruguay  (J.G. Mc Millan).
1936       Mapa Geológico del Nordeste del Uruguay  (J.D. Falconer).
1939        Mapa Geológico del Dpto. de Paysandú y alrededores de Salto      (R. Lambert).
                  Mapa Geológico de Durazno  (R. Lambert).
1940         Mapa Geológico de la R.O.U.  (R. Lambert).
                  Mapa Geológico de Rio Negro  (R. Lambert).
1943         Mapa Geológico del Dpto. de Colonia  (N. Serra).
1944         Mapa Geológco del Dpto. de Treinta y Tres   (N. Serra).
1945         Mapa Geológico del Dpto. de Soriano   (N, Serra).
1946         Mapa Geológico de la R.O.U.    (IGU).
1948         Mapa Geológico del Embalse de Salto Grande  (C.T.M- Salto Grande).
1956          Mapa Geológico de la Mitad Oriental del Dpto. de Canelones  (G.H. Jones).
1957          Mapa Geológico de la R.O.U.  (IGU). 



                    
RELEVAMIENTOS DE SUELOS HASTA 1964
PREVIOS AL PELS

1953---Escala 1:2500   (O. López Taborda, MGA)  Escuela Agraria de San Ramón.
1953---Escala 1:5000  (H. Estabillo, MGA)  Estación San José.
1953---Escala 1:10000  (J. Peñagaricano, FA) San José de Otazo.
1954---Escala 1:2500  (R. Russo, MGA)  Escuela de Lechería de Colonia Suiza.
1955---Escala 1:50000  (O. López Taborda, L. de León, C.M. Cussac, IICA)  Área de San Ramón.
1955---Escala 1:2500  (O. López Taborda, MGA)  Estación Experimental de Aguas Blancas.
1955---Escala 1:4000  (R. Russo, MGA)  Chiarino-Bizcocho.
1956---Escala 1:10000  (L. de León, Oscar López Taborda, R. Russo, MGA)  El Espinillar.
1956---Escala  1:5000  (l. de León, MGA)  Troise.
1957---Escala  1:5000  (L. de León, MGA)  M. Espino.
1958---Escala 1:20000  (L. de León, Oscar López Taborda, MGA)   Zapará.
1958---Escala 1:10000  (L. de León, MGA)  Estrella- La Sierra.
1958---Escala  1:10000  (L. de León, MGA)  R. Viña- Toledo Chico.
1959---Escala 1:50000   (Scholtes, L. de León, A. Kaplan, A. Durán, FA)  Estación Experimental de Bañado de Medina.
1960---Escala 1:20000   (C. Galland, FA)   Paso de los Novillos.
1960---Escala 1:5000  (L. de León, O. López Taborda, MGA)  La Estanzuela.
1960---Escala 1:7500  (L. de León, C.M. Cussac, MGA)  Colonia Molinelli.
1961---Escala 1.20000 (García Bonn, FA)   Tres Árboles.
1962---Escala 1:10000 (L.de León, A. Kaplan, FA)   Instituto Seroterápico.
1962---Escala 1.3000000 (L. de León, O. López Taborda, CIDE)  Zonamiento Edafológico del Uruguay.
1964---Escala 1.50000  (L.de León, H.da Silva, H.May, MGA)   Zona de Estanzuela.
1964---Escala 1:20000  (j. Arrarte, FA)   San Miguel.
1964---Escala 1:20000  (J. Basso y otros, FA)   Fray Bentos.
1964--- Escala 1:2000  (Bottaro y otros, FA)   Frayle Muerto.
1964--- Escala 1:20000  (FA)  Soca.
 1964---Escala 1:10000  (Armand Hugon, Harda)  La Campanilla.
1964---Escala 1:10000  (F. Bonino)   R. Conde.
1964---Escala 1:5000   (Scholtes, A. Durán, FA)  Estación Experimental de Salto.
1964---Escala 1:5000  (L.de León y otros, FA)   Estación Experimental de Paysandú.    

        


  
                   







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