La alteración del terreno en la agricultura, con el
objetivo de hacer sosteniblemente cultivables tierras limitadas por su riesgo
de erosión o déficits de agua, tiene mucha historia y una amplia bibliografía agronómica,
a efectos de su correcto diseño.
Basta revisar la bibliografía o recorrer internet para
comprobar la riqueza de la información.
En este documento seremos muchísimo más modestos,
tratando de exponer nuestra experiencia en el tema, que vino de la mano de
haber trabajado algunos años en la DSA con el Ing.Agr. Julio César Gesto
Delgado, que antes de ser funcionario en nuestra oficina, luego de su destitución
política en los 70, lo había hecho en Recursos Naturales, con sede en Millán y
la vía.
Allí con la dirección de Rubens Ghiggia en el área de la
Hidrología y Ruben Mezzotoni en la Conservación de Suelos, Gesto participaba del
equipo para la construcción de tajamares y terrazas.
En esos tiempos el Ministerio se desplazaba por todo el
país para esas obras, a veces circulando en motoniveladora, hasta Salto o
Artigas.
Por los 50 se desarrollaron en muchas Colonias del INC de
Canelones, terrazas de base ancha, cultivables, las que fracasaron porque no
fue respetado su correcto manejo. Estaba muy arraigado el laboreo en declive, a
menudo con bueyes.
Muy pocas sobrevivieron, en manos de productores que
entendieron como debían manejarse. Conocimos 2 casos, uno cercano a estación
Tapia y otro en el campo de Bove en Raigón, esta última ya destruida.
En la DSA no veíamos bien alterar la superficie del
terreno, debido al riesgo potencial por malos manejos, sumado al concepto que
sólo funcionarían con horizontes A profundos. En los casos más comunes, la
terraza alteraría perjudicialmente a ése, el mejor horizonte, lo que es
importante en el sur agrícola, con promedios de 20 cm, casi la mitad del
espesor original.
Con el tiempo, luego de observar buenos resultados con
horizontes Ap, mezcla de horizontes en la capa arable, no consideré esto una
limitante importante.
A fines de los 80, surgió en Paysandú una técnica
consistente en micro-terrazas, transformando las populares curvas de nivel en
desagües. Esta idea, que entre otros promocionó Abner Prada, en algún momento
fue llevada a Colonia Española por algunos productores lecheros.
Las lluvias otoñales, que más adelante bautizaríamos como
los “diluvios del viernes santo,” provocaron un daño enorme, al romperse una
tras otra las pequeñas taipas. EL
viernes de esa semana llovieron 140 mm en poco más de una hora. El episodio de
lluvias otoñales cuando había tierras preparadas para praderas o cultivos de
invierno, en aquel momento eran reconocidas.
En ese momento con Gesto estábamos asesorando
honorariamente al Grupo de remitentes de la entonces Parmalat, en temas tales como
análisis de suelos.
A partir de ese episodio erosivo, iniciamos desde abril
del 89 un “Área Demostrativa en Conservación de Suelos” para la comunidad de
técnicos y productores de la Colonia, de 500 há, financiada con nuestro tiempo
y los recursos disponibles por los productores.
Fue una acción previa a lo que serían en los 90 los
Predios Demostrativos con PRENADER. En este caso el Estado no debió compensar a
ningún productor y los 9 que adhirieron al programa, lo hicieron convencidos
del problema erosivo que se les presentaba.
Desde la gerencia de Molinari, hubo fuerte apoyo para
cambiar la situación. También se sumaron remitentes a otras empresas.
El área presentaba 2 tipos de suelos diferentes, unos
negros más pesados, de pendiente moderada, con poco riesgo (Coneat 10.8 y 11.9)
y otros pardos, livianos, con mayor pendiente, de alto riesgo (Coneat 09.4 y
10.6).
El plan básico fue construir terrazas seguras solamente en
los sitios de alto riesgo y seguir con las curvas de nivel en el resto, como
era tradicional.
Las terrazas tenían las siguientes características:
Pendiente del canal: 0.4-0.6%
Longitud del canal: 100-150m
Intervalo vertical entre terrazas: 1.50m
Espaciado horizontal entre terrazas: 25-40m
Área de escurrimiento:3-7000 m2
Dimensión del canal: ancho 1.50 y profundidad 0.30
Sección del terraplén: ancho 1.50 y altura 0.30
El cálculo se basó en eventos críticos, de máximo riesgo
y no en promedios que raramente se dan.
Tanto el canal como el terraplén se empastaría
naturalmente o con siembra.
Se iniciaba con una de coronamiento en la ladera alta,
iniciándola en un desagüe seguro(empastado). Se utilizó arado de 2-3 discos,
abriendo el canal en sucesivas pasadas y apisonando la taipa con las ruedas del
tractor cada vez que se regresaba al punto original.
TERRAZA EN COLONIA ESPAÑOLA
Se complementaba con otras recomendaciones en el marco de
varias reuniones con técnicos y productores, utilizando las reuniones
periódicas del Grupo.
El tema eran las rotaciones, en se momento sin soja ni
glifosato ni siembra directa.
Se entendió la necesidad de evitar los remates y en ese
sentido, eliminar algún alambrado para redimensionar la chacra. Asimismo, en
algún caso la terraza era compartida por 2 productores.
Complementariamente multiplicar los cercos eléctricos,
nivelar irregularidades del terreno con land-plain (nuestra oficina tenía uno
económico, de madera que resultó eficiente), suavizar alguna cárcava
empastándola y enlenteciendo el escurrimiento con diques vivos de caña de
Castilla.
Un solo productor estaba interesado en regadío,
principalmente para maíz. Su predio fue totalmente sistematizado con terrazas y
después de un tiempo nos comentaba que, en ese campo, el agua que almacenaba el
suelo, le hizo desestimar el riego.
En octubre del mismo año se realizó una jornada
teórico-práctica para técnicos y productores, en Raigón y en la Colonia
Española.
Uno de los 5
proyectos a cargo de la DSA, donde lamentablemente no hubo ninguno de
relevamiento de suelos, fue “Evolución de la Erosión en Cárcavas y Métodos de Control.”
Además de una evaluación de causas del fenómeno, de su
extensión territorial y de métodos florísticos, se procedió al suavizado de
taludes y al manejo de las escorrentías.
Para la reducción de la velocidad del agua superficial,
causante principal, se construyeron terrazas de desviación en la cabecera de la
cárcava.
Complementariamente, se hizo un tajamar que llenó una
gran cárcava y enlenteció el escurrimiento superficial del sistema.
Este tipo de tajamar de cárcava, tiene siempre una cuenca
reducida, por lo que también se construyeron terrazas de desviación, para
aumentarle el flujo de agua.
El modelo de terraza fue similar al de Colonia Española.
En el marco del proyecto se intentó evaluar cuanto
aumentaba la terraza el contenido de agua del suelo, al enlentecer el
escurrimiento y aumentar la infiltración.
Entendemos que puede ser muy útil la utilización
combinada de terrazas, cercos móviles (eléctricos) y la caminería.
Es recurrente, en paisaje de suelos de Libertad, con
lomadas fuertes, que exista un área conservada en la cima, otra erosionada en
la ladera y más abajo tierra coluvial cultivable.
En esos casos, la aislación
de la ladera erosionada, con el objetivo de darle un tratamiento recuperador
por medio de terrazas con pastores, parece útil y además ayuda al laboreo en
contorno.
La caminería, siguiendo generalmente el camino más corto,
puede ser conservacionista si tiene dimensiones de terraza y se circula por el
terraplén.
O, como hemos observado en algunas plantaciones frutales,
circular por el canal. Esto tiene la función de aumentar el espesor del
horizonte A y favorecer la reserva de agua del perfil.
Esta práctica que hacían entre otros, los argelinos en
Constancia, podría servir también para forestales valiosos.
Las terrazas deben utilizarse como recurso extremo,
siempre bien diseñadas y con el compromiso de mantener íntegro el terraplén y
limpio el canal.
Al final de mi actividad en la DSA, asesoramos a algunos
productores en terraceado de desviación para detener cárcavas activas. El no
poder hacer el seguimiento, deja siempre la incertidumbre de cuánto sirvieron y
si siguen existiendo.
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