Hace casi
2000 millones de años se comenzaba a consolidar el territoridel planeta que
hoy es San José.
La
corteza terrestre se iba enfriando y las rocas que se formaban, aun plásticas,
se deformaban debido a las presiones, formando plegamientos metamórficos,
sinuosos o alineados, de gneiss, micaesquistos, anfibolitas, metalavas, etc.
Enfriándose
lentamente, en profundidad, se engendraban granitos y granitoides, compuestos
de minerales que en esa condición crecían grandes y visibles: primero los
ferromagnesianos negros, después los más claros como los feldespatos y
finalmente el cuarzo.
Hoy, descubiertas
luego de los procesos de evolución geológica, esas, las rocas más antiguas, se
muestran generando suelos que sostienen praderas, monte indígena y canteras.
Los 5 de Coneat.
Las granitoides con aforamientos rocosos en
general grandes y de forma esferoidal, en Sierra Mahoma, Mal Abrigo, Cufré,
Cerro San José, Tía Josefa, Isla Mala y Arroyo de la Virgen. Las metamórficas con rocosidad más pequeña,
algo alineada, a veces lajosa, asociadas a las anteriores y también en los
valles de muchos arroyos y cañadas, como el Tala y sus afluentes en la ciudad,
el Pavón, Cufré, Carreta Quemada, Jesús María, San Gregorio y el Coronilla con
sus pintorescos saltos de agua.
Ese
Basamento Cristalino, profundo y sólido, es un gran escudo que nos protege de
los desastres sísmicos, es la base firme que buscan las construcciones,
proporciona minerales y rocas valiosas y genera suelos muy aptos para la
ganadería y la forestación.
La
evolución continuó después de ese mundo caliente, cambiante y sin vida,
generándose nuevas rocas a partir de las originales.
Los primeros signos de vida habrían sido a
partir de microorganismos que se nutrían de esas rocas ya frías, incorporando
oxígeno al aire y agua para la creación de los ríos lagos y mares que, junto al
viento y la gravedad, iniciarían los procesos fundamentales en la evolución del
planeta: ALTERACIÓN- EROSIÓN –
ACUMULACIÓN - CEMENTACIÓN, generando las rocas sedimentarias.
Las
características de esas rocas dependerán del ambiente de formación. La erosión
predominará en períodos áridos, sin cobertura vegetal protectora y los
sedimentos se acumularán en los lagos, mares y océanos para volver a emerger
reprocesados e iniciar nuevos ciclos.
Las
primeras sedimentarias, del Devónico, hace casi 400 millones de años,
sostuvieron en un ambiente lacustre y marino, los primeros seres vivos
complejos: crustáceos (trilobites), moluscos, etc. Hoy afloran al noreste del
Departamento de Durazno.
En los
siguientes períodos, Carbonífero-Pérmico-Triásico, siguieron predominando
ambientes fluvio-lacustres, incluso glaciares y bordes marítimos, con
sedimentación fina, donde crecieron las gimnospermas y en el reino animal
reptiles, peces, etc. Al final de esa época, cuando va ganando la aridez, se forman
las sedimentarias arenosas. Los materiales de ese período se mantienen generando
suelos en el noreste del país: Tacuarembó, Cerro Largo, Rivera.
Hace unos
135 millones de años, al final del Jurásico e inicios del Cretáceo, el gran continente
gondwánico comienza a dividirse, separándose lo que hoy es África de América y
esa gran alteración provocó extensos derrames de lava basáltica que terminan
con casi la totalidad de la vida en el planeta.
En la
región, avanza desde el norte, con gran espesor y hoy se mantiene en superficie,
conocido como lavas de Arapey, la “piedra mora,” generando suelos superficiales
en gran parte del noroeste del país. El contacto con las areniscas subyacentes,
cuando aflora debido a la erosión fluvial, desarrolla valles con cerros
mesetiformes y grutas, ricos en biodiversidad y valor paisajístico.
Los
episodios y rocas sedimentarias generadas hasta ese momento, al igual que el
basalto, pudieron cubrir nuestro departamento, aunque al ser erosionadas a lo
largo de los tiempos, no se registra ningún afloramiento. Todo el material fue
al fondo del océano. Lo que siguió se desarrolló en un escenario continental
árido.
A fines
del Cretáceo se forman las areniscas de la Formación Asencio, conocidas por las
Grutas del Palacio en Flores. Es la época de nuestros dinosaurios. En San José,
pueden llegar a observarse afloramientos en el fondo de barrancas en Paso
Belastiquí y en Kiyú, no generando suelos. Esas y otras rocas más antiguas de
ese periodo, forman los suelos cultivables más arenosos de Paysandú, Río Negro,
Soriano, Canelones y oeste de Durazno.
Posteriormente,
en el Mioceno-Oligoceno, con menor aridez y con el viento como principal agente
transportador de materiales, se forman los loess o limos de la Formación Fray
Bentos, de color rosado, ricos en calcio y donde aparecen los primeros
mamíferos. En la actualidad, con un relieve de suaves colinas redondeadas, sin
afloramientos, generan los suelos más fértiles del país, principalmente en Rio
Negro, Paysandú, Soriano, Cerrillos-Juanicó en Canelones, sur de Colonia y la
zona de Ecilda Paullier-Colonia Delta. Son los 11 de Coneat.
Luego hay
un periodo de erosión que provoca que los sedimentos posteriores se apoyen en
la superficie irregular del propio Fray Bentos o del Basamento Cristalino.
Capa de Libertad de poco espesor sobre Cristalino
Capa de Libertad de poco espesor sobre Cristalino
Hace 7
millones de años en el Plioceno, fuertes flujos de agua, ríos caudalosos y
torrentosos que transportaban piedras que se redondeaban y rompían con la
fricción, generaron areniscas gravillosas, la Formación Raigón.
Los materiales,
muy variados, provienen de las montañas próximas de Guaycurú-Mal Abrigo y otras
áreas del Cristalino, e incluso de las que hoy son las Sierras de Minas,
esbozando la Cuenca del Santa Lucía.
Hacia el
mar el espesor crece, desde pocos centímetros a la altura de Rincón de Carballo,
hasta unos 20 metros, (localizadamente hasta 60), en el sur del departamento y las
fracciones se hacen más finas (más arenosas), posibilitando la formación del
conocido acuífero.
Genera
suelos de poca extensión, en grupas de fuerte pendiente, sin aforamientos,
contra vías de agua como en el Mauricio, Luis Pereira, Cañada Grande, Cagancha,
etc., la mayoría de las veces sin cultivar. Es el 09.4 de Coneat.
Al final
del Período, en condiciones más calmas, se deposita un limo de color naranja,
que consideramos generó los mejores suelos paperos de Colonia Wilson, los 10.11
de Coneat, además de material para
cerámica.
Sobre
estos limos, hace unos 2 millones de años, se acumulan los sedimentos limo
arcillosos del Pleistoceno, que abarcan prácticamente todo el territorio departamental,
apoyados en el Raigón, en el Basamento Cristalino o en el Fray Bentos: la
Formación Libertad. Son los 10 de Coneat.
La
cobertura que hace sobre el Raigón, determina el término “manto”, que
utilizamos para referirnos a la protección que ejerce sobre el acuífero.
Genera la
casi totalidad de los suelos cultivables, ricos en calcio, los de mayor
productividad del departamento. Varía de limolitas a loess, friable, limo
arcilloso, de color pardo, más rosáceo cuando se asocia al Fray Bentos y más
amarillento, incorporando gravillas(lodolitas) cuando se asocia al Cristalino.
Es común verlo en el fondo de las cárcavas.
Es común verlo en el fondo de las cárcavas.
Es un
período continental semiárido con erosión eólica, localizadamente más húmedo, donde
ocurren variaciones climáticas entre diferentes periodos glaciares y muchos
materiales se mueven como flujos de barro.
El origen del material original le confiere diferencias químicas que luego se trasladan al suelo: de las rocas ricas en calcio y potasio mejor fertilidad, de las sódicas algunos problemas.
El origen del material original le confiere diferencias químicas que luego se trasladan al suelo: de las rocas ricas en calcio y potasio mejor fertilidad, de las sódicas algunos problemas.
Desarrolla
relieve de lomadas, que también evidencia episodios erosivos, generando un
Libertad coluvial y también depósitos aluviales de esa edad, la formación
Dolores, donde se encuentran los fósiles de gliptodonte.
Su máximo
espesor es de 15-30 metros, en Cuchilla Mangrullo, sobre el eje de ruta 1 al
oeste del km 42 y ruta 3 hasta San José de Mayo.
Siendo suelos limo arcillosos- arcillosos en
todo el perfil o al menos en el subsuelo, almacenan mucha agua y anulan la
infiltración profunda, protegiendo al acuífero, aun cuando los Vertisoles (“gredas
negras”), que ocupan lo alto de la loma, presenten rajaduras cuando se secan en
forma extrema.
Hacia el norte se va adelgazando, hasta presentarse
con menos de 1 metro en la parte alta de las colinas del Cristalino (4ª y 9ª
SJ), donde los Vertisoles se conocen como “campo de olas.”
Estos
Vertisoles tienen arcillas expansibles que determinan que sea un suelo
“inquieto”, que se expande cuando se moja y se contrae cuando se seca,
provocando inconvenientes en las cimentaciones, los pisos y veredas, así como
en las carreteras, hechos constatables en nuestra ciudad.
El
acuífero puede quedar desprotegido cuando aflora el Raigón, sobre todo cuando
se abren canteras que se llenan de agua, en tajamares con fondo de este
material (defectuosos porque pierden agua), en perforaciones donde no se toman
los debidos recaudos, en los saneamientos urbanos, en efluentes del tambo y en
los desechos industriales que tengan contacto directo.
En los
últimos tiempos, en el Holoceno, los fenómenos son la formación de aluviones
fluviales, coluviones de ladera y el retroceso del mar dejando al descubierto
lagunas, bañados, planicies costeras y dunas, marcando una tendencia a la
colmatación del estuario del Plata. Estos paisajes dominan Ciudad del Plata y
las tierras bajas de Arazatí.
En esta
región del planeta, el clima, las geoformas y el suelo pueden sostener una
cobertura vegetal continua, que permitiría el desarrollo de una tierra con
mínima erosión, en éste, un escenario de débiles cambios climáticos.
Los
cambios de mayor riesgo son los tecnológicos, debidos a las exigencias del
productivismo extremo, que entre otras realidades, ha hecho retroceder las beneficiosas
rotaciones con largos periodos pastoriles.
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