1-
Lograr un vínculo profundo, de dependencia entre los actores, el Hombre y la Tierra,
que permita consolidar un compromiso que apuntale la convivencia sostenible y
saludable, además de cosecha suficiente para la vida digna del ser humano y del
medio ambiente.
Este
vínculo puede lograrse con mayor solidez, si existe propiedad jurídica
duradera, individual o colectiva. El comodato, el arrendamiento, la medianería,
pueden ser inconvenientes, aunque en definitiva, siendo un bien social
intransferible, lo sustancial es que la tierra se utilice responsablemente
2-
Entender que la Tierra es un sistema donde interrelacionan clima, agua,
suelo-subsuelo y los seres vivos. Como ciencia, es el campo de la Ecología.
Esto
se desarrolla temporalmente, sujeto a los cambios continuos y espacialmente de
acuerdo a las variaciones del paisaje, en el escenario de los pequeños Sitios,
hasta de los grandes Sistemas de Tierra.
3-
Tener presente que la Tierra tiene vocación de uso, con aptitudes y capacidades
y no puede exigírsele utilizaciones que la dañen irreversiblemente.
La
aptitud se determina en base a características medibles, como por ejemplo porcentaje de arena, pH,
contenido de sodio, etc. y cualidades deducidas a partir de éstas, como la
fertilidad, el riesgo de sequía, la susceptibilidad a la erosión, etc., que
pueden determinarse científica o empíricamente.
Se
define tanto para sistemas de producción como para usos específicos, abarcando
la agricultura, la forestación, la hortifruticultura, el pastoreo, el uso
recreativo y protector y las estructuras viales y urbanas, con el objetivo de
lograr armonía y equilibrio agro-silvo-pastoril. Es el campo de la Evaluación
de Tierras.
4-
El escenario para la utilización de la Tierra, es un Sitio o conjunto de Sitios
o Ambientes, lo suficientemente homogéneos para permitir un uso y manejo definido,
programable, de los que puede esperarse resultados aceptablemente similares. Son
las Unidades de Tierra.
En
grandes emprendimientos esto se logra con mapas de suelos que contienen, además
de información edáfica, datos climáticos, geomorfológicos, hídricos y de
la ocupación biótica.
En
los de poca extensión, alcanza con la observación y experiencia del usuario.
Con esa base, se determinan los potreros, chacras, montes, rodales, reservas de
agua, caminería, viviendas y otras estructuras
El
CONEAT es en general una buena base, la que debe enriquecerse. Otra información
no predial, como las de escala departamental o regional, deben descartarse para
este propósito.
Existe
en los archivos del MGAP, generados en SUELOS y AGUAS, mucha información que
puede ser consultada.
El
manejo de esta información es la acción esencial de la Agronomía y la Ecología
en general y marca el desafío de interpretar la naturaleza, que como dice
Heráclito de Éfeso, juega a esconder la verdad en los fenómenos aparentes.
5-
Las características y cualidades limitantes al uso deben conocerse y
cuantificarse, a efectos de comparar esa información con las exigencias del
uso. Las limitantes tienen diferentes exigencias para ser levantadas y
posibilitar así la utilización deseada. Una sola puede ser suficiente para
impedir un proyecto.
Por
ese motivo debe entenderse que hay aptitudes muy buenas, buenas y marginales, e
ineptitudes levantables o imposibles de solucionar para el nivel tecnológico
del lugar.
Se pueden considerar como cualidades
imposibles de solucionar, la muy alta rocosidad, el anegamiento permanente, la
salinidad, la inaccesibilidad. Esas áreas pasan a ser Reservas Naturales junto
a las que deben protegerse como nuestras Selvas Fluviales.
Debemos
tener en cuenta que en general los valores promedio casi no existen en la
realidad y en cambio sí juegan los episodios casuales de contingencias
extremas. Por ejemplo, es fundamental considerar los extremos térmicos y tener
en cuenta que la erosividad de la lluvia que, en un episodio puntual y dramático,
puede superar largamente lo que aportan los modelos de predicción.
Tener
en cuenta el costo alternativo de un rubro, debido el hecho de desechar otra
alternativa.
6-
Al hacer el Ordenamiento Territorial, proteger la selva fluvial, los parques,
matorrales serranos y comunidades hidrófilas, halófilas y psamófilas naturales.
En el mismo sentido, evitar en lo posible la ocupación humana en tierras
amenazadas por fenómenos naturales como las inundaciones, los deslizamientos de
tierra, etc., o que afecten el normal funcionamiento, como el mal drenaje.
Es
de alto valor mantener “islas” de monte indígena, como asimismo algún
potrerillo con praderas naturales de calidad. Los espacios con caminería
alambrada pueden cumplir esta función respecto a las pasturas.
Buscar
la biodiversidad en todos los aspectos, desde proteger la biota nativa, hasta
propiciar cultivos asociados, forestaciones mixtas y el silvopastoreo, que le
agrega un nuevo piso productivo al suelo.
7-
El uso del espacio puede ampliarse sumando utilizaciones con diferentes
asociaciones vegetales: por ejemplo huertas con montes frutales y el
silvopastoreo.
Pueden
concebirse varios modelos de silvopastoreo: espinillos con campos mejorados,
rodales aislados, pastos en el piso de eucaliptus que como en el caso del globulus
permite su desarrollo, etc.
8-
Propender al control biológico de pestes y plagas. El uso de insecticidas y
herbicidas además de ser nocivo a la salud humana, atenta contra los insectos
benéficos y la diversidad biótica en general. Utilizarlos profesionalmente y nunca
lavar maquinaria contaminada con estos productos, en corrientes y reservas de
agua.
9-
Al manejar la fertilidad, entender que el suelo no es una simple caja de
intercambio de nutrientes, sino que en él interrelacionan minerales y
organismos que sinergizan o compiten en forma diferente según sea el escenario,
condicionado por el pH y la oxidación-reducción: habrá ambientes ácidos
aéricos, ácidos anaeróbicos, básicos aéricos y básicos anaeróbicos. Además,
tener en cuenta los desbalances catiónicos, en particular la relación K/Mg.
10-
Saber que la arcilla es el mayor almacén de nutrientes y junto al calcio y la
materia orgánica estable (humus) forma los agregados estructurales más
resistentes. La arena y las fracciones más gruesas (gravillas, gravas,
cascajos, piedras, etc.) son el esqueleto del suelo y el limo es un gran
liberador de nutrientes, dependiendo de su mineralogía gran parte de la
fertilidad. Por esa razón los suelos francos humíferos son considerados
ideales.
11-
Utilizar la fijación de nitrógeno a través de la simbiosis Leguminosas –
Rhizobium. En la misma estrategia, manejar las Micorrizas para el fósforo,
teniendo presente que la mayoría de las plantas las pueden desarrollar. Son pocas
las excepciones.
Minimizar
los herbicidas que al incorporarse al suelo destruyan estos organismos.
12-
Los rastrojos de los cultivos, así como las hojarascas y residuos de poda, no
deben desecharse y deben integrarse al suelo.
La
quema de estos residuos genera una fuerte nitrificación que se lava rápidamente
del suelo si no queda un cultivo que lo aproveche. Lo mismo sucede en las
“quemas” con glifosato.
13-
Propiciar la rotación de cultivos y el uso de pastos benéficos con relación C/N
baja, para generar materia orgánica y fertilidad. Son buenos ejemplos las leguminosas
(alfalfa en particular) y algunas gramíneas (Festucas en particular). Las plantas
poco exigentes en fertilidad, tienden a mantener esa condición en el suelo,
porque tienen relación C/N alta. Las coníferas son un ejemplo de esto. Las
latifoliadas se parecen más a las hierbas.
14-
Algunos organismos, como por ejemplo las arañuelas, con su materia fecal tamaño
limo, pueden hacer de esta forma, un aporte a la fertilidad del suelo.
En
este sentido es valioso incorporar, con las precauciones debidas, el estiércol
de los animales de corral, caballerizas y tambos.
15-
Al manejar el agua con el propósito de conservar el suelo, procurar enlentecer
el escurrimiento y facilitar la infiltración y el almacenamiento, manteniendo
la máxima cobertura vegetal, haciendo los laboreos en mínima pendiente, menos
de 1%, o terraceando.
Al
utilizar terrazas, estas deben ser bien calculadas, profesionalmente, con
suficiente margen de seguridad, con desagüe seguro y mantenidas sin
obstrucciones ni deterioro del terraplén.
Mantener
los desagües empastados permanentemente.
Los
modelos de predicción de pérdidas de suelo, sirven como guía para la toma de
decisiones solamente, pues algunos factores resultan muy subjetivos.
16-
Lograr una buena aireación del suelo, fortaleciendo los agregados estructurales
a través de facilitar y propiciar buenos arraigamientos.
Solo
las especies hidrófilas son capaces de utilizar el oxígeno del agua para su
respiración radicular.
El
subsolado en el caso de arcillas expansibles es de efecto poco duradero y puede
ser una trampa asfixiante para especies exigentes cuando se excede la humedad
del suelo.
17-
Las cercas eléctricas facilitan las prácticas conservacionistas. Realizar el
aparcelamiento siguiendo en forma sinuosa los mínimos declives, eliminando
ángulos rectos y armonizar la caminería en ese mismo sentido, es una buena práctica.
Suele
ser un fenómeno recurrente la existencia de una cima con suelo más conservado
(apto para cultivos), una ladera de mayor pendiente, erosionada (apta para
pasturas) y una ladera baja, coluvial de poca pendiente, también cultivable.
Una buena práctica sería separar estos sitios de utilización diferente, con
terrazas- camino y cerca eléctrica.
18-
Los efluentes de los tambos pueden tratarse en forma económica con sumideros
biológicos, consistentes en terraplenes de embalse con vegetación espontánea
hidrófila, como por ejemplo la totora.
En
ese mismo sentido, en un ámbito regional, no predial, podría pensarse en áreas
biológicas para retener y reciclar naturalmente residuos de la industria tal
como sucedió con el Bañado de Carrasco en la época industrial de Montevideo.
19-
Las tierras degradadas tienen otra oportunidad si se mejoran sus propiedades
físicas con agregados orgánicos y con incorporación de plantas mejoradoras,
adaptadas a esa condición y que tengan la menor relación C/N posible.
Con
aislación temporaria del pastoreo se puede mejorar esa incorporación además de
facilitar la resiliencia de la vegetación espontánea. Son áreas que deben
mantenerse libre de herbicidas e insecticidas. Hasta las hormigas son
benéficas, trasladando materia orgánica al suelo.
Se
debe propiciar esa incorporación acondicionado mecánicamente el relieve. En los
casos de gran afectación, como sucede en las zanjas o cárcavas y en las
canteras abandonadas, existe la posibilidad de desarrollar reservas de agua
para riego, abrevadero, cría de peces, recreo y paisajismo.
20-
En el riego utilizar agua de calidad, libre de sustancias tóxicas y de sales
que puedan salinizar o sodificar el suelo. La mejor es la de lluvia y de
corrientes superficiales, ya que con las subterráneas siempre existe algún
riesgo.
El
agua disponible en el suelo puede calcularse, midiendo el contenido porcentual
de arcilla, limo, arena y materia orgánica y determinando los puntos de
marchitez permanente y la capacidad de campo. Lo mismo para la densidad
aparente del suelo.
21-
A nivel de cuencas planificar el uso del agua para lograr el máximo
aprovechamiento de los diferentes usuarios, a través de Comités de Cuenca y
Sociedades de Regantes.
22-
Tratar de conservar, mediante un manejo adecuado, las áreas de campo natural,
identificando lo más valioso desde el punto de vista florístico y productivo.
Manejar
la vegetación leñosa (selvas fluviales, parques, matorrales y montes serranos),
de tal manera que permita la circulación sin perder especies y sin desproteger
el suelo.
Las
tierras anegadas (esteros, bañados), así como áreas salinas y sódicas
(blanqueales), deben ser mantenidas sin uso agropecuario, destinadas a proteger
flora y fauna y a lo sumo para recolectar materiales artesanales como los
juncos.
23-
Evitar tratamientos de protección vegetal que afecten los organismos benéficos,
en especial los polinizadores. Considerar esto también para desproporcionadas
fumigaciones en la protección humana.
Que
la manipulación genética no afecte la utilización saludable de la tierra.
24-
Exigir a los organismos de investigación científica y tecnológica, así como a
los educativos, que prioricen estas temáticas y estar al día en los avances que
se vayan concretando.
Las
clasificaciones biológicas, de suelos, geomorfológicas, climáticas y de uso,
permiten además de construir cartografías, utilizar adecuadamente los
resultados.
La
recolección de datos seriales y de monitoreo, son indispensables para detectar
la evolución de los fenómenos y se debería avanzar en una red integral a nivel
nacional. Un Sistema Nacional de Información Geográfica sería el mecanismo
idóneo, encargado además de recopilar toda la información existente.
25-
Exigir a las industrias y servicios que procesan los productos de la tierra,
procedimientos que no anulen estos enunciados.
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