Estas tierras, por definición, son aquellas que se inundan en forma permanente o intermitente. En ese sentido, sus suelos tienen porosidad saturada total o parcialmente con agua y por lo tanto muy baja difusión (disponibilidad) de oxígeno para la respiración radicular de las plantas. Como resultado, la cobertura vegetal espontánea se adapta a esta condición, utilizando el O2 disuelto en el agua (si ésta tiene remoción) u otros mecanismos si está estancada, como neumatóforos u oxidación electroquímica. Si bien se definen con la condición de estar cubiertos de agua, entendemos que se deben asimilar a estas tierras aquellos sitios que, sin agua en superficie, están saturados de agua en una medida que condiciona su uso. Este concepto vale también para las vertientes permanentes, presentes en las serranías, tierras de geología cristalina, areniscas, etc. Esta condición hidromórfica es una cualidad negativa para el uso intensivo tradicional de la tierra y sin embargo el riesgo ...