La falta de lluvias peinó la arena de la playa, haciéndola más fina y blanca, suavizando el escalón del médano. Ya florecieron las leguminosas y los pinos. Ahora son notorias las blancas de los eucaliptus, las del solitario lapacho rosado y el inicio de las amarillas orquídeas “patito”. También los ceibos, raleados por la erosión costera, refugiados en el bañado, detrás del médano, donde las aves rapaces reinstalaron sus nidos. Con el aumento de temperatura reviven ofidios y lagartos y aumenta la alegría de los pájaros en los sitios más aislados. El hombre trabaja en tareas de dudoso resultado como el dragado del río y la naturaleza hace cosas im...