Comunidad cerrada,
compacta como anacrónico escuadrón romano, espera desafiando los cambios, en el
campo, los cultivos y los caseríos.
Se fueron
fortaleciendo, en la esquina de los potreros, a lo largo de los alambrados,
roquedales y taperas.
Pequeña
selva, donde prosperan plantas, aliadas, casi simbióticas, atajando la luz y el
viento.
Habitada por
pájaros y madrigueras de gatos monteses y zorros. Defendida del hombre con las
espinas de la uña de gato, talas, coronillas, sombra de toro, tembetarís…Haciéndose
más frondosa con los molles, laureles, curupíes, canelones…Aromatizándose con
las pitangas…
Comunidad
con tímidos socios, las chilcas, arbustillos y enredaderas. Amenazante presencia de yaras, abonando su
fama de sitio peligroso.
Un ombú, una
palmera, delatan la presencia de una tapera ruinosa.
Las vemos
desde afuera, imaginando su interior. ¿Quién podría allí esconder un muerto o
un tesoro? ¿Quién podría encontrarlo?
Oooooooooooooooo
Más
modernas, artificiales, ocurren otras, en cultivos forestales pequeños,
descuidados, al ser invadidos por el “tojo” (Ulex), que imposibilita el acceso.
Especie
espinosa, de difícil control, importada como melífera desde España, que también
suele observarse esporádicamente a campo abierto.
Comentarios
Publicar un comentario